Las pandemias que nos rodean
Estamos en los momentos más difíciles que ha vivido el
país en los últimos 50 años, y, todo parece indicar que, muchos dirigentes del
país y algunas instituciones, no han dimensionado la profundidad y el nivel de
este escenario, el cual tiene grandes repercusiones sobre todos los colombianos,
en particular sobre los sectores más vulnerables de la población y sus entornos.
A los efectos de la pandemia del coronavirus, que en
Colombia ha dejado casi 35.000 (20-11-2020) muertos y cada día infecta a más y
más colombianos, se agrega la crisis
económica con sus claras manifestaciones en el desempleo y el creciente empleo
informal, con la pérdida de los mínimos recursos para la sostenibilidad de las
familias más pobres, fortaleciendo el
incremento de la pobreza y la miseria en un amplio sector social; sentimos el golpe
de los huracanes eta y iota en las islas
de San Andrés, Catalina y Providencia,
en gran parte de la costa norte de Colombia; las torrenciales lluvias en todo
el país, principalmente en el Chocó, Antioquia, Santanderes y otras zonas del
país.
Para acabar de ajustar el asunto, al actual panorama se
agrega la intensidad de la corrupción que viene devorando gran parte de los
recursos destinados para contrarrestar estos males. Según informa de la
Contraloría General de la Nación, hay contratos en 29 de los 32 departamentos,
que representan varios billones de pesos, que actualmente se encuentran en investigación
porque se celebraron sin respetar el debido proceso y respeto a la normatividad
de la contratación pública, produciendo e incubando prácticas de corrupción en
todo el país, lesionando con ello los escasos recursos dirigidos a las
comunidades más golpeados por el coronavirus y ahora por la dureza de las
lluvias, que dejan daños graves en la infraestructura vial, las viviendas y en los servicios públicos.
A la par de ello, no existe respuesta del Gobierno, ni de
ninguna autoridad sobre los asesinatos de líderes sociales, ocurrencia
permanente de la masacres y nuevos desplazamientos y despojos de tierras que
han incrementado el número de víctimas, hechos que no se aclaran y que solo
pretenden poner la mirada sobre uno u otro actor de esos asesinatos, dejando
sin investigar aquellos casos que muchos sabemos están ligados a los efectos de
la política de odio, venganza y continuidad del conflicto armado que desean y
anhelan sectores de la extrema derecha y sus aliados narcotraficantes,
paramilitares y bandas criminales.
Mientras tanto crece y crece la criminalidad en el país,
como consecuencia de la falta de empleo y recursos en muchas familias, en
particular jóvenes y adultos que no encuentran ningún trabajo que realizar. En
casi todas las grandes ciudades del país, han tomado fuerza algunos problemas
de seguridad que generan malestar y miedo en la población.
En efecto, a los grandes problemas de seguridad,
ocasionados por la creciente criminalidad asociada al narcotráfico, otros como
producto de la pandemia y de la crisis
económica, las autoridades responden con las viejas fórmulas ya implementadas
por anteriores gobiernos: consejos de seguridad permanentes, donde seguramente
se toman medidas que apuntan a atacar la problemática, pero que desconocen la
integralidad que debe tener la solución del problema de la seguridad y la
convivencia, que muchos de ellos exigen planteamientos y acciones del orden
estructural que permitan ofrecer serias y eficaces soluciones a la grave
situación que se afronta.
¿Podemos seguir esperando que, con solo aumentar el pie
de fuerza de la Policía, con desarrollar mayor tecnología e investigación y judicializar
cada vez más personas que cometan todo tipo de delitos, sin atender al mismo
tiempo otros factores de índole social, político y económico, que puedan resolver asuntos que adquieren una
mayor dimensión con el paso de los días?
De seguro que no, así se hagan muchas capturas, no estoy
diciendo que no se deban hacer, así se desmantelen muchas bandas criminales, de
hecho, las autoridades lo vienen realizando, seguirán aumentando el número de
grupos criminales al servicio del narcotráfico, porque la gente siente poco la
cercanía de la institucionalidad en el logro de niveles óptimos de seguridad y
convivencia.
¿Y qué tal la preocupación de los líderes del Centro
Democrático, partido de gobierno? solo anhelan sacar adelante su referendo que
les permita tener una justicia modelada a sus caprichos, para salvar
a sus principales líderes de muchos delitos cometidos; continúan con los
ataques a la JEP porque saben que en próximos días, esta jurisdicción especial
empezará a mostrar los resultados de los diferente macro casos estudiados, pero
también desconocen los avances logrados en algunos de esos procesos, como es el
de la muerte por falsos positivos de líderes y lideresas en la zona de Dabeiba
Antioquia.
Con la elección de Joe Biden como presidente de los EEUU,
muchas cosas se le vinieron al suelo al Presidente Duque, a su gobierno y el
partido que lo secunda. Para nadie es un secreto que a partir de enero del
próximo año, se dará una revisión minuciosa a la falta de implementación del Acuerdo de Paz
y el abierto apoyo dado a la campaña de Donal Trump por funcionarios de la
embajada de nuestro país encabezados por el embajador Francisco Santos. Sin
duda alguna, habrá cambios en el panorama internacional para el gobierno colombiano;
los demócratas norteamericanos tendrán otras prioridades en su agenda sobre
nuestro país. ¡Amanecerá y veremos¡
Jaime Fajardo Landaeta
No hay comentarios:
Publicar un comentario