SIN RODEOS
Memoria
manipulada
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
twitter: @JaimeFajardoLan
Entradilla:
La grave sanción al Centro de Memoria Histórica recae también sobre
el Gobierno nacional, para sumar al sorprendente cúmulo de desaciertos en el
manejo de las relaciones internacionales.
No
es creíble que Rubén Darío Acevedo, el flamante director del Centro de Memoria Histórica,
desconociera la membresía de la red de memoria más importante del globo y
fundamental para el trabajo de esa institución en Colombia. Su apatía nos dejó,
como país, por fuera de un escenario de las connotaciones de la Coalición Internacional
de Sitios de Conciencia.
En
entrevista al diario El Tiempo, el pasado 4 de febrero, el señor Acevedo señala
que nunca actuó de mala fe; que se trató de un error que pronto se enmendará, y
agrega que él siempre ha reconocido el conflicto. La realidad es que muchos
estudiosos del tema e investigadores saben que desde que llegó al Centro de Memoria
ha orientado sus esfuerzos a desmontar los avances alcanzados en ese campo para
esclarecer los hechos que han marcado los más de 50 años del conflicto armado que
soporta el país.
El
despido de una buena cantidad de funcionarios que hicieron importantes aportes
a los procesos que apuntan a la consolidación del Centro de Memoria, al igual
que el ataque a los excelentes resultados entregados por la administración
anterior, demuestran cuál es el espíritu que anima su gestión: amañar los
hechos a la verdad que quiere imponer la derecha, para de paso exonerar de
culpa a muchos terceros responsables.
Su
tozuda negación de la existencia de los falsos positivos, de las
responsabilidades de la fuerza pública en estos y otros casos y la poca
importancia que ha dado al accionar del paramilitarismo con gravísima
afectación para infinidad de víctimas, perfilan al director como exponente de
la ideología uribista más recalcitrante.
Reafirma
esta faceta al pregonar que la entidad a su cargo debe hacer un giro en su
enfoque y dedicarse más de lleno al problema de las víctimas entre la fuerza
pública originado por ataques terroristas, como es el caso de las minas
antipersona. Criterio válido, pero no a costa de esconder lo sucedido durante
estos 50 años de conflicto armado, o dejando de lado a más de 8 millones de
víctimas que esperan que se conozca la integralidad del conflicto y no solo
aspectos aislados. Adoptar esta visión es asumir que las únicas víctimas son
los militares y que lo demás hace parte del accionar terrorista. Acevedo
sostiene que esta era una “desviación” que cargaba el Centro de Memoria
Histórica.
Hago
notar que esta grave sanción, proveniente de tan distinguida entidad
internacional, recae sobre la institución, pero sobre todo sobre el Gobierno nacional,
para sumar al sorprendente cúmulo de desaciertos cometido en el manejo de las
relaciones internacionales. Además, se inscribe en la errónea estrategia del gobierno
de Iván Duque de minimizar para desmontar los acuerdos de paz, negando la
existencia del conflicto armado. Debo recordar que el señor Acevedo viene de prácticas
extremas de la izquierda, pero luego adhirió a la extrema derecha para combatir
con todas sus fuerzas a quienes otrora representó: ¿típico arrepentimiento del
pasado, que busca borrar de tajo, sin importar lo que arrastre en su afán de
denigrar? ¡¡De Pronto lo expulsan del CD por derechista!!
Como
lo he sostenido en este espacio, lo sucedido con el Centro de Memoria bajo la
dirección de Acevedo no es aislado, se relaciona con la pretensión del gobierno
de desmontar o al menos menguar el poder de la JEP, maniobra que en buen
momento hundió el Congreso de la República. Tampoco se puede desligar de la
abrupta decisión de parar todos los desarrollos legislativos derivados de los
acuerdos de paz y mucho menos la negación de las curules para las víctimas del
conflicto armado, que muchos congresistas quieren hoy aprobar, revés que tanto
ha conmovido a la comunidad internacional. Es decir, la estrategia del gobierno
se viene derrumbando y la deviación de los objetivos del Centro de Memoria es
otra maniobra, encomendada a Acevedo, para seguir golpeado la implementación de
los acuerdos de paz.
Esta
sanción internacional debería tener consecuencias que lleven a un cambio de
rumbo en ese Centro. Viraje que también esperamos del presidente Duque en
cuanto a su administración, que incluya la decisión de encarrilar el proceso
para llevarlo a la construcción de la real memoria que el conflicto armado
requiere. Que no prospere la visión infamante y politizada con la que hoy se
pretende manejar la entidad.
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