SIN RODEOS
Revitalizar las marchas
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
twitter: @JaimeFajardoLan
Entradilla:
Limitaciones de la movilidad y otras molestias para el ciudadano, son
inherentes a los objetivos de una marcha, que no se logran si la limitan o
reglamentan.
“Si la gente protesta en las calles, algo estamos haciendo mal:
David Bojanini” saliente presidente del Grupo Sura
Las
justas marchas y movilizaciones, incluido el paro nacional, demandan ahora un
cuidadoso e integral análisis por parte de sus promotores. Considero que estas
expresiones que protagonizan vastos sectores de trabajadores, estudiantes,
campesinos, indígenas, colectivos de mujeres, víctimas del conflicto y otros, están
plenamente justificadas y entrañan profundas raíces de lucha por su consolidación,
y como parte del proceso de fortalecimiento democrático del país.
Pero
también es cierto que la presencia en ellas de vándalos y encapuchados propician
el caos y la violencia, al atacar el comercio, destruir la infraestructura en
general y arremeter contra la fuerza pública y las personas. Este fenómeno se
ha convertido en su mayor enemigo; además, son el referente que utilizan el
Gobierno y los opositores a las marchas para tratar de deslegitimar sus
objetivos.
Muchas
personas que simpatizan con este ejercicio de protesta social y que incluso se han
movilizado entusiastas, empiezan a preocuparse con el accionar violento de sujetos
encapuchados o temen volver a las calles, pues les indigna pensar que terminarán
compartiendo con tales desadaptados.
Considero
que se requiere mayor firmeza por parte de los organizadores del paro nacional,
o de cualquier otro tipo de protesta, para lograr que los manifestantes
rechacen con firmeza la presencia de estos sujetos, les hagan saber que no los representan,
y presionen su salida de dichas marchas.
Pero
también hay que precisar que las movilizaciones ciudadanas, por muy pacíficas y
organizadas que transcurran, no dejan de restringir los derechos de ciudadanos no
participantes. Las limitaciones de la movilidad, el agite de banderas y
pancartas, la verbalización de la rabia ante decisiones del Gobierno que causan
enojo general, la toma de sitios claves y su apropiación por los marchantes
para darle cuerpo a la protesta, son realidades que están intrínsecas en los
objetivos de un paro, y por tanto no admiten limitaciones ni reglamentaciones,
que obstruyan el efecto buscado.
Los
excesos que en sus actuaciones se atribuyen a los escuadrones móviles antidisturbios
(ESMAD) no pueden justificar las acciones violentas y anarquistas de sujetos encapuchados.
Su presencia nos debe incitar al apoyo integral a los protocolos que impulsan
algunos alcaldes para su utilización como fuerza de choque y para la prevención,
en caso de presentarse disturbios más allá de los propósitos del paro o la
protesta, como lo están proponiendo los mandatarios de las ciudades de Bogotá y
Medellín.
Por
eso al alcalde Daniel Quintero se le debe apoyar en su política integral de
convivencia, seguridad y paz, que busca potenciar la efectividad de los
organismos de seguridad e inteligencia en la lucha contra el crimen en todas
sus manifestaciones, al tiempo que se avanza en la consolidación de los planes
de convivencia y paz locales, y en el reconocimiento de las organizaciones
sociales comunitarias.
De
allí la importancia de ofrecer respaldo al plan de trabajo del Consejo Territorial
de Paz, Reconciliación y Convivencia del municipio de Medellín, CONPAZ, entendido
como una iniciativa que exige la más amplia representación de todos los
sectores, gremios e instituciones, para que se convierta en un escenario que
pueda producir resultados concretos en todos los rincones de la capital
antioqueña.
En
síntesis, la política integral que Medellín viene promocionando se fundamenta
en el impulso decidido de este proceso del CONPAZ, de las mesas ambientales de
las comunas, de los procesos democráticos de participación ciudadana, del apoyo
a las víctimas del conflicto armado y de la lucha por esclarecer la verdad y la
defensa de los derechos humanos. En esta tarea, de múltiples frentes sociales,
debemos estar unidos todos los medellinenses y antioqueños, sin distinción
alguna.
Nota:
Ahora la extrema derecha nos sale con un comité antiparo que promociona la
abolición del aborto, aún en los casos que autoriza la Corte Constitucional y
otras iniciativas ya negadas por el Congreso y los ciudadanos. De allí que los
verdaderos promotores del Paro Nacional no pueden perder la iniciativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario