SIN RODEOS
El todo por el todo
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
Twiter: @JaimeFajardoLan
El presidente Santos está
obligado a jugarse el todo por el todo en el proceso de paz. Sin titubeos, sin
echar mano de las críticas de los opositores de oficio. Podría suceder que un
hecho extraordinario ponga en duda el desenlace esperado, pero hoy las cosas
están del lado de las negociaciones, y no pueden caber dudas acerca de la
firmeza de los pasos a dar.
Su posición de que no autorizaría
un ataque contra el jefe máximo de las Farc alias Timochenko, si lo ubicaran,
es consecuente con el estado de la negociación y con las gestiones que buscan que
las partes definan la mejor manera para concretar el desescalamiento y el final
del conflicto armado.
Objetivos que concitan la más
feroz oposición, pero ella debe convertirse en acicate para que el presidente
asuma, sin temores, los retos y los costos del acuerdo buscado. No importa que
ahora muchos colombianos no entiendan la negociación: no es posición rígida, pues
sabemos que cuando se llegue al acuerdo final, o al menos se avance
significativamente en su concreción, se impondrá un clima de favorabilidad y apoyo
ciudadano, que consolidará el ya ganado en el plano internacional.
El grueso de la crítica opositora
esconde el temor a que se llegue a la firma de un acuerdo de paz sobre el
modelo de justicia transicional, hecho que estrecharía el marco de acción
política de sus líderes, y llevaría a exigirles responsabilidades por su actuación,
y la de sus cercanos, en las violaciones a los derechos humanos y el DIH.
Aquí caben los casos de
involucramiento con las acciones del paramilitarismo, los falsos positivos, los
desplazamientos empujados por grupos ilegales distintos a la guerrilla, la
omisión de funciones frente a la violencia ejercida sobre la población civil, entre
otros. Además, porque estarían comprometidos directamente con las agresiones y
desapariciones que rondan la tenebrosa historia de La Escombrera, en la comuna
13 de Medellín y cientos de casos similares.
Es que el imperio de la ley, por
medio de la aplicación de la justicia transicional, va a pedirles cuentas a quienes
no han llegado a los estrados judiciales con este propósito. En el entretanto, dichos
opositores deberían identificar el proceso como una oportunidad para sumar energías
en favor de una gran empresa de reconciliación nacional y en potenciar los
alcances de los acuerdos en toda la sociedad colombiana.
Ahora bien, el tema de la
refrendación de los acuerdos, aunque involucra a las partes, debe ser un
proceso donde se conozcan las iniciativas de la totalidad de los sectores. No
hay que sorprenderse porque surjan algunas, como la planteada por el presidente
Santos de crear una comisión especial, con la participación de integrantes de las
comisiones del Congreso y del equipo negociador, tanto de las Farc como del
gobierno. Se trata de una de las tantas propuestas que se deben ventilar, como materia
para las definiciones que deberán adoptar los negociadores.

No hay comentarios:
Publicar un comentario