SIN RODEOS
Territorios vedados o
debilidad institucional?
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
e-mail: fajardolan@une.net.co
Dedicaré
algunas columnas de opinión a explorar los problemas estructurales de la
seguridad en Medellín y a esbozar algunas soluciones. Comenzaré con los
corredores de movilidad y las llamadas fronteras invisibles.
Los
primeros son escenarios o territorios tomados por los grupos ilegales que
sirven para el trasiego de hombres y de armas, así como para introducir drogas a
la ciudad y para comunicarse con sus pares de comuna y entre diversos sectores de
Medellín y del departamento.
Estos
corredores presentan diferente distribución según la comuna. Equivalen a sus vías
internas, a escaleras, callejones o senderos que, en algunos casos, conectan
con trochas y caminos de herradura, hasta acceder a otras regiones, modus operandi muy propio de los Urabeños.
El
problema consiste en que la presencia de las autoridades en algunos de estos
corredores se cumple de manera parcial: mientras la delincuencia permanece
allí, la fuerza pública ingresa y luego se retira, o su presencia es esporádica.
La consolidación territorial lograda por los ilegales obedece a un proceso de varios
años; es resultado de una planeación desarticulada y en muchos casos está asociada
a los niveles de pobreza y miseria imperantes. Ganar estos espacios para la
institucionalidad es un desafío que implica planes integrales de intervención y
transformación radical del hábitat.
Ahora
bien, las fronteras invisibles son espacios que señalan hasta dónde llega el accionar
de un grupo ilegal y dónde comienza el del otro, por lo general enfrentados por
este dominio. Falsas fronteras que crean un referente social que se impone por
la acción criminal de estas organizaciones al establecer normas que la
ciudadanía acoge gracias a la intimidación, entonces se abstienen de cruzarlas.
Por lo general se convierten en lugares de confrontación, separados por esa
línea imaginaria, propicios para controlar las rentas ilegales y la
distribución y venta de estupefacientes.
Es
de anotar que los miembros de los combos o bandas asentados en estos
territorios y separados por las fronteras invisibles pertenecen a estas mismas
comunidades.
Son
variables las expresiones territoriales de las fronteras, que pueden coincidir
con vías principales como la famosa Y que separa los barrios del sector de El Limonar,
del corregimiento San Antonio de Prado, o la vía de ingreso al corregimiento de
San Cristóbal. Otras pueden ser callejones, escaleras o divisiones entre
barrios o cuadras de algunas comunas. Expresión de esta última es el Barrio la
Sierra de la comuna 8 y el corregimiento de Santa Elena
Una
de las formas de eliminar las fronteras invisibles es ganar en estos
territorios una mayor presencia institucional. Me refiero a imponer o tomarse
dichos lugares con presencia directa del Estado y su oferta de servicios, e
incluso de empresas o proyectos consolidados. Estas iniciativas demandan el
acompañamiento de todas las instancias de gobierno, la fuerza pública y los
empresarios, con la activación de sus sedes operativas en tales espacios.
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