17 de marzo de 2013

Respuestas Urgentes



SIN RODEOS

Respuestas urgentes

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

e-mail: fajardolan@une.net.co

Cada proceso de paz, negociación o desmovilización, trae consigo su propia historia, dinámica y estrategias. También es disímil el comportamiento de las fuerzas rebeldes una vez firmados los acuerdos, por lo cual es difícil diseñar metodologías idénticas para cada caso.

Algunos ejemplos: el proceso con el M-19 surgió cuando esta guerrilla pasaba por su peor momento militar, sin que estuviese derrotada. Pero supo sacar ventaja de su estrategia política: su líder Carlos Pizarro era candidato a la Presidencia de la República cuando fue asesinado, pero supo manejar el momento político y saco grandes logros en la Constituyente (ANC) de 1991.

Ya lo señalé antes: el EPL tuvo que fraccionarse y retirarse de la coordinadora guerrillera para poder avanzar en una negociación política. Se marginaron de este proyecto unos 250 guerrilleros, desmovilizados luego o vinculados a nuevos grupos ilegales. Pero como organización pudo participar en la ANC.

Igual ocurrió con el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y con el Quintín Lame, que alcanzaron representación a pesar de su limitado tamaño. Por su parte la Corriente de Renovación Socialista, fracción disidente del ELN, recibió reconocimiento nacional meses después de haber sesionado la ANC. Sus integrantes se han destacado en la lucha por la paz y en el ejercicio académico.

Para el caso de los paramilitares se pretendió reconocerles un cierto estatus político, desatino que la Corte Constitucional impidió en buen momento. Luego fracasó la consolidación de la reinserción y el manejo de los mandos medios, que en últimas eran los que dirigían las tropas y que hoy, en su mayoría, conforman las bandas y combos de Medellín y el Área Metropolitana. Antes de verse como un modelo de aplicación de justicia, la extradición de sus jefes concretó una burla a la verdad, todavía ausente, y una forma de truncar la reparación de las víctimas.

Milicias urbanas y otras fracciones de la guerrilla no alcanzaron mayor figuración y en algunos casos se dieron experiencias todavía pendientes de análisis. El país conoce el resultado del engañoso proceso de desmovilización del bloque Cacica la Gaitana, de la Farc, nos falta profundizar acerca de lo sucedido con otros cuestionados acuerdos urbanos.

Estas ideas me llevan a preguntar: ¿Se está preparando el país para el fin del conflicto con las Farc? ¿Qué se debe recoger de anteriores experiencias? ¿Se deben diseñar nuevas estrategias? ¿Cuáles frentes o fracciones de las Farc, están marginados del proceso? ¿Con quiénes se aliarán en el futuro? ¿Qué papel están jugando algunas alianzas, que ya se asoman en el panorama nacional, con los llamados Urabeños?  Se requieren respuestas inmediatas, porque no se trata de temas que sea posible resolver una vez firmados los acuerdos de paz que todos anhelamos.

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