SIN RODEOS
Respuestas
urgentes
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
e-mail: fajardolan@une.net.co
Cada
proceso de paz, negociación o desmovilización, trae consigo su propia historia,
dinámica y estrategias. También es disímil el comportamiento de las fuerzas
rebeldes una vez firmados los acuerdos, por lo cual es difícil diseñar
metodologías idénticas para cada caso.
Algunos
ejemplos: el proceso con el M-19 surgió cuando esta guerrilla pasaba por su
peor momento militar, sin que estuviese derrotada. Pero supo sacar ventaja de
su estrategia política: su líder Carlos Pizarro era candidato a la Presidencia
de la República cuando fue asesinado, pero supo manejar el momento político y
saco grandes logros en la Constituyente (ANC) de 1991.
Ya lo
señalé antes: el EPL tuvo que fraccionarse y retirarse de la coordinadora
guerrillera para poder avanzar en una negociación política. Se marginaron de
este proyecto unos 250 guerrilleros, desmovilizados luego o vinculados a nuevos
grupos ilegales. Pero como organización pudo participar en la ANC.
Igual
ocurrió con el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y con el
Quintín Lame, que alcanzaron representación a pesar de su limitado tamaño. Por
su parte la Corriente de Renovación Socialista, fracción disidente del ELN, recibió
reconocimiento nacional meses después de haber sesionado la ANC. Sus
integrantes se han destacado en la lucha por la paz y en el ejercicio académico.
Para
el caso de los paramilitares se pretendió reconocerles un cierto estatus
político, desatino que la Corte Constitucional impidió en buen momento. Luego fracasó
la consolidación de la reinserción y el manejo de los mandos medios, que en
últimas eran los que dirigían las tropas y que hoy, en su mayoría, conforman
las bandas y combos de Medellín y el Área Metropolitana. Antes de verse como un
modelo de aplicación de justicia, la extradición de sus jefes concretó una burla
a la verdad, todavía ausente, y una forma de truncar la reparación de las
víctimas.
Milicias
urbanas y otras fracciones de la guerrilla no alcanzaron mayor figuración y en
algunos casos se dieron experiencias todavía pendientes de análisis. El país
conoce el resultado del engañoso proceso de desmovilización del bloque Cacica la
Gaitana, de la Farc, nos falta profundizar acerca de lo sucedido con otros cuestionados
acuerdos urbanos.
Estas
ideas me llevan a preguntar: ¿Se está preparando el país para el fin del
conflicto con las Farc? ¿Qué se debe recoger de anteriores experiencias? ¿Se
deben diseñar nuevas estrategias? ¿Cuáles frentes o fracciones de las Farc, están
marginados del proceso? ¿Con quiénes se aliarán en el futuro? ¿Qué papel están
jugando algunas alianzas, que ya se asoman en el panorama nacional, con los
llamados Urabeños? Se requieren respuestas
inmediatas, porque no se trata de temas que sea posible resolver una vez
firmados los acuerdos de paz que todos anhelamos.
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