7 de marzo de 2016

EPL 25 AÑOS CONSTRUYENDO PAZ

Palabras del doctor Jaime A. Fajardo Landaeta
en los 25 años de desmovilización del EPL
(Saludo protocolario…)
Al lado del monumento de la paz, que reseña y refrenda la historia de la desmovilización del EPL y su dejación de armas, a pocos días de celebrarse la reunión más importante entre las farc y el gobierno nacional en la habana, nosotros: hombres y mujeres que hicimos parte del EPL y del Partido comunistas (ML), queremos hacer estas reflexiones, como legado de nuestro proceso.
Cuando en 1985 Fernando Lalinde le comunicó a Oscar William Calvo —nuestro vocero y jefe político en los acuerdos de paz de esa época— que el ejército avanzaba sobre uno de los campamentos del EPL con la clara intención de violar la tregua y perturbar el proceso, no alcanzamos a dimensionar el estropicio que se le venía encima al país y sus consecuencias en la lucha por la paz que habíamos emprendido. Esa denuncia se materializó más tarde con el asesinato de Fernando por parte de miembros de las tropas oficiales.
Los enemigos de aquella negociación política habían decidido acabar con el proceso de paz; solamente faltaban las condiciones propicias para ello. El entonces presidente Belisario Betancur había perdido el manejo del proceso y muchas otras cosas, mientras que los militares, algunos empresarios, varios narcotraficantes y políticos acordaron asestar el golpe de gracia final. Tenían miedo a que la insurgencia, en medio de un proceso de paz, les arrebatara conquistas que no se habían podido tramitar desde hace muchos años.
Los errores de la toma y retoma del Palacio de Justicia, definieron el escenario ideal para lograr dicho propósito por parte de estas sectores de la ultraderecha colombiana.
Al presidente Betancur y a su gobierno los salvó, en ese histórico momento, la erupción del volcán Arenas del nevado del Ruiz que destruyó la población de Armero y dejó más de 25.000 muertos. Todos nos preguntábamos por esos días ¿Qué hado maléfico precipitaría esa feroz convulsión volcánica justo cuando había que tender espesas cortinas de humo y de lodo sobre los hechos del Palacio de Justicia? Ahora, pasados 30 años, empieza a conocerse la dimensión del horror de entonces, y sus verdaderos responsables. Días después es asesinado en pleno centro de Bogotá , Oscar William Calvo, vocero y líder de nuestro partido y del EPL.
Entre 1985 y 1990 fueron asesinados cuatro candidatos presidenciales, precisamente los que lideraban significativas propuestas de cambio para el país. A ello se sumó el exterminio del partido Unión Patriótica, y de buena parte nuestro recordado  Frente Popular, nuestra queridísima organización política legal, que representaba lo poco que nos quedaba a nivel amplio luego del fracaso de esas negociaciones. Pero lo que más nos ha dolido fue el asesinato de los dos máximos dirigentes Oscar William Calvo, gran jefe político, y Ernesto Rojas comandante del EPL, y de cientos de compañeros de lucha de nuestras diversas instancias organizativas. Por igual cayeron muchos dirigentes políticos, sindicales y defensores de Derechos Humanos, como azarosos registros “positivos” para los organismos de inteligencia. Entonces las posibilidades de trasegar caminos de paz y de concordia se habían opacado totalmente, y las fuerzas del terrorismo de Estado ligadas al narcotráfico tenían ahora la iniciativa. Podemos decir, sin titubeos, que vivimos una real época de exterminio sin precedentes inmediatos.
Al seno del partido Comunista Marxista – Leninista del EPL, de la juventud, del golpeado Frente Popular y de las fuerzas sociales que gravitaban en nuestro entorno, manteníamos la brega para que se abrieran canales de diálogo y discusión para buscar una salida política al conflicto armado, y aprovechar la iniciativa de la Asamblea Nacional Constituyente. Durante muchos años tratamos de unificarnos para presentar una alternativa única al país, propósito que resultó imposible de lograr. Por el contrario, ya se sentía cansancio en muchos de nuestros dirigentes y miembros de las bases que acusaban una cierta “inmovilidad” atribuible a la prolongada tensión que se vivía entre los organismos de dirección.
Cuando todo se creía perdido, cuando la izquierda había hecho una retirada estratégica de los escenarios amplios, cuando las empresas del crimen se habían tomado parte de la institucionalidad y no existía espacio propicio para el debate público y abierto porque tal audacia se pagaba con la vida, se abre camino la propuesta de un acuerdo nacional a finales del Gobierno de Virgilio Barco. La propuesta convocaba a la insurgencia para luchar por una reforma constitucional mediante una Asamblea Nacional Constituyente. Entonces empiezan a surgir importantes movimientos sociales en favor de dicha iniciativa, como fue el caso del sector estudiantil y su movimiento por la séptima papeleta, al igual que organizaciones campesinas, indígenas, obreras y sindicales del país. A cambio se pedía a las guerrillas su desmovilización e integración a la vida política nacional.
Así que la bandera levantada por Oscar William Calvo y acogida por todos nosotros se situaba al centro de la palestra política nacional. Nuestra organización no podía permanecer de espaldas a esta promisoria propuesta.
El Comité Central del partido, en su inmensa mayoría al lado del Estado Mayor del EPL y de las mayorías de sus bases y cuadros medios,  tomó la gran decisión de participar, con todas las implicaciones políticas que de ello se derivaba. Lo mismo sucedió con  las organizaciones sociales y las demás instancias de influencia del partido. Fueron 7 acuerdos y un acuerdo final y mantuvimos independencia para presentar nuestra propuesta de nueva constitución ante la ANC
Entonces de inmediato entramos en contacto con el Dr Rafael Pardo quien ostentaba el papel de consejero de paz. Realizando las primeras 3 reuniones en la ciudad de Bogotá y luego todo un desplazamiento por los diferentes campamentos del EPL. Está es una parte de nuestra historia que aún no se ha explorado con detenimiento y de los cuales es bueno que se conozca detalles muy valiosos para la historia de las negociaciones de paz en Colombia.
Afortunadamente la sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia avaló el acuerdo nacional, pero determinó que no se trataba de hacer una reforma constitucional sino de aprobar una nueva Constitución. Una decisión que le dio más fuerza a nuestra postura política. Llamo a que esa auténtica pieza magistral, la sentencia de la Sala Constitucional que avaló dicho acuerdo, sea recuperada y debidamente divulgada.
Con este nuevo escenario, el EPL se desmoviliza y elige en sus campamentos, democráticamente, a los dos representantes a la Asamblea Nacional Constituyente: Darío Mejía y quien les habla. Por el partido AD- M19 otros 2 miembros del partido y de la juventud: Germán Toro y Fabio Villa, con lo cual fuimos 4 los representantes de nuestra organización. Igual lo hicieron el PRT y el Quintín Lame.
Creamos nuestro proyecto político, Esperanza Paz Y libertad; recogiendo las siglas del EPL, pero las condiciones políticas y el mismo proceso de paz nos demuestra que dichos proyectos son transitorios. Así paso con el M- 19, la ad M-19, el PRT y otros proceso regionales y lo más seguro que así pasará con las farc. Lo importante son los diversos escenarios que se abren y la capacidad del grupo desmovilizado de coparlos. Pero también se alinearon quienes no querían que Esperanza, paz y libertad asumiera el rol que le correspondía en el nuevo escenario nacional, se mantuvo el exterminio de un proyecto amplio y democrático desde su propio surgimiento
Después de 105 años Colombia logró una nueva Constitución que substituyó la de 1886, caduca y rezagada ante los acontecimientos políticos y sociales del país del siglo XX y en vísperas del siglo XXI.
La Constitución de 1991, nuestra gran obra justificadora del proceso de paz sigue vigente, a pesar de los ataques de que ha sido objeto. El ultraje mayor lo recibió con la aprobación de la reelección presidencial que afortunadamente la Corte Constitucional ha sabido llamar a buen recaudo.
Esta Constitución es hija de los acuerdos políticos y de paz de los años 90 y debemos defenderla con total energía y de manera apasionada. Hoy incluso los acuerdos que se han logrado con las Farc en La Habana son un desarrollo tangible y veraz de la Carta Política. Todo lo que se negocia, incluido el punto sobre justicia transicional, se hace con estricto apego a su espíritu constitucional.
Ello representa una razón para estar muy satisfechos, y para reivindicar en todas partes nuestra actuación como EPL en 1991, así se necesitara de un nuevo acuerdo de paz para desarrollar, aún más, sus contenidos.
De ahí se deriva nuestro apoyo decidido a los acuerdos que surjan entre el Gobierno nacional y las Farc para culminar el conflicto armado, al igual que el respaldo a las posibles negociaciones con el ELN, sin que desconozcamos las grandes dificultades de este último proceso, y las ambigüedades del COCE de dicha agrupación.
Por eso desde esta tribuna, e interpretando el querer de muchos de mis compañeros, compañeras y camaradas, enviamos el siguiente mensaje: A toda Colombia, a la sociedad en general, a las instituciones, a los grupos ilegales, a la comunidad internacional: que aprovechemos este momento histórico para que todo lo que haya sucedido en medio del conflicto armado se conozca, que reconstruyamos la verdad histórica que encierra, sin que nada ni nadie se quede con parte de ella. Que los empresarios y políticos que financiaron y apoyaron el conflicto, o a alguno de sus grupos, no teman en pedir perdón y ofrecer reparación integral a las víctimas.
A algunos altos funcionarios del Estado, las fuerzas militares y las instituciones que se prestaron para que la barbarie proveniente de todas las orillas se tomara el país, que asuman su responsabilidad histórica y revelen qué pasó mientras ocupaban cargos de responsabilidad social, o qué no hicieron para frenar las masacres de campesinos, obreros, niños, niñas, desplazados, y todas las víctimas de este holocausto.
En particular a las Farc- EP queremos decirles que los hombres y mujeres del extinto EPL, PCC (ML) y su entorno, estamos dispuestos a propiciar la oportunidad para que en un cara a cara con ustedes aclaremos todas y cada uno de los actos cometidos contra militantes de Esperanza, Paz y Libertad, sobre todo en Urabá y contra la población civil, en la cual también están involucrados paramilitares y fuerzas del estado. Solo así podremos construir caminos de reconciliación. No dejemos a otros lo que debemos hacer entre nosotros y las Farc. Por eso le pedimos al Gobierno nacional que facilite una reunión urgente con el equipo negociador de las Farc, en La Habana, para examinar detenidamente qué pasó después de la desmovilización del EPL. Entonces juntos podremos entregarle al país claridad sobre estos hechos, para erigirnos en ejemplo de un manejo propicio para la consolidación de la convivencia y la reconciliación nacional. Si se hizo en Bojayá, porque no en Urabá
A todas las víctimas del conflicto armado que seguiremos trabajando arduamente para que logremos la verdad histórica, la reparación integral y el derecho a la no repetición. A las víctimas del frente popular, el PCC (ML) y del EPL que a más de honrar su memoria con estos actos, seguiremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para que se reconozca su papel en lucha por las libertades políticas, la democracia, la paz y la conquista de amplias reivindicaciones sociales y políticas.
Porque no es ocultando la verdad como se concreta la reconciliación entre los colombianos. Garantizar la no repetición nos obliga a todos los que de una u otra forma estuvimos en la guerra, en especial a los que quieren “pasar de agache” aunque hayan sido los mayores responsables. Por eso creemos que no solo se trata de qué tipo de justicia se les aplicará a los excombatientes. También se trata de desarticular las maquinarias de muerte activadas por el Estado, sectores de la empresa privada, los terratenientes y ganaderos y, obvio, los grupos ilegales. Solo así seremos capaces de garantizar la libertad y vida digna de las generaciones venideras.
El llamado es también a los integrantes de las bacrim, las odin y demás grupos de la criminalidad, para que no se repita el triste episodio de la desmovilización de las AUC y se dispongan a construir nuevas reglas para el sometimiento a la justicia. Ya la sociedad está lo suficientemente madura para no permitir que el espacio que dejen las Farc y el ELN sea copado por el crimen organizado, sino y ante todo por la institucionalidad.
Al Ministro consejero para el posconflicto, doctor Rafael Pardo, que tanto apoyo nos ha dado y que conoce a fondo los vericuetos de nuestro proceso, y al Dr Horacio Serpa Uribe, ambos artífices de dicho proceso, le queremos manifestar: con el señor Presidente a la cabeza, es necesario examinar con rigor algunos temas que fueron producto de los acuerdos de 1991 y que han dejado de funcionar, sin que nosotros hayamos participado en esas decisiones. Me refiero a temas como el pensional de los desmovilizados, el de tierras y todo lo relacionado con las víctimas del EPL y sus familias, a la incertidumbre que viven quienes conforman el equipo de escoltas de la Unidad Nacional de Protección, a quienes se les desconocen derechos adquiridos cuando hacían parte del extinto DAS. No se trata de introducir ajustes a negociaciones pretéritas, sino de resolver problemas inherentes al proceso de paz, que deben ser ratificados.
Que aquí tienen este ejercito de hombres y mujeres dispuestos a salir a engrosar las filas de quienes queremos y deseamos la refrendación popular de los acuerdos de la Habana y lograr su cabal implementación, pero también en que la lucha por la equidad, contra la  pobreza y la desigualdad sea un claro clamor que se manifieste en el diario accionar de nuestras batallas sociales y políticas.
Compañeros, compañeras: hoy desde diversos escenarios y posiciones ideológicas, y con el inmenso respeto que nos deben inspirar los luchadores por la democracia y la libertad, nos hemos reunido para conmemorar los 25 años de desmovilización del EPL y sus entornos políticos y sociales, y para reiterar que siempre tendremos que estar seguros de lo que hicimos. El sentido no es mirar para atrás, es continuar construyendo aquella sociedad equitativa, justa y en paz que nos sigue identificando. Estoy seguro que haber logrado la realización exitosa de este evento nos llenará de argumentos para proponer nuevos escenarios de encuentro en medio del posconflicto.
Finalmente quiero enviar un fraternal saludo a los compañeros de Urabá que el 11 de marzo realizarán su evento regional. Ojalá que otras regiones concreten jornadas similares. A nuestras familias, que siempre lleven en el corazón lo que aquí se ha aprendido y aquellos que han perdido a sus seres queridos, que los recuerdos sean motivo de alegría, de paz, de solidaridad. Oscar William Calvo y Ernesto Rojas; nuestros máximos líderes siempre recordados, hemos cumplido pero aún nos falta mucho para lograr que esta sea la patria que ustedes añoraron y por La cual ofrecieron sus vidas
¡EPL 25 AÑOS CONSTRUYENDO PAZ!

Muchas gracias

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