21 de febrero de 2016

OTRA COMEDIA DE EQUIVOCOS

SIN RODEOS

                                                Otra comedia de equívocos                     

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

Twitter: @JaimeFajardoLan

Le asiste toda la razón a monseñor Luis Augusto Castro al afirmar que la presencia de los negociadores del Farc en un acto público y político en La Guajira, con guerrilleros armados, fue una embarrada. También cuando los invita a resolver rápido el impasse para que puedan seguir socializando los acuerdos con sus militantes.

Caer en estos deslices, a estas alturas del proceso, es estimular la ofensiva de los enemigos del proceso de paz, entre ellos el procurador Alejandro Ordóñez y los más connotados uribistas, empezando por su jefe Álvaro Uribe. Contradictores que han desatado una polémica que carece de argumentos mayores al afirmar que estos hechos demuestran que el gobierno de Santos ha permitido a la guerrilla hacer proselitismo armado, y al volver con el sambenito de que les están entregando la patria a los terroristas. Así solo dejan entrever el odio que alientan hacia el proceso de paz y la carencia de fundamentos en sus tesis. Pero también del lado de la guerrilla se pone en evidencia una actitud hostil, que contraría lo que se ha venido construyendo con el Gobierno nacional.

Habría que mirar la arista positiva del acontecimiento: el país tiene que aprender de él y en general de los previsibles momentos de incertidumbre que surgirán, para darles el mejor manejo. Cuando se produzca la concentración de los miembros de las Farc para la dejación de armas, seguramente se presentarán muchas situaciones difíciles que deberán manejar las Naciones Unidas y los países garantes del proceso. No hay negociación de paz como la actual que pueda salir indemne de tropiezos.

Con otros procesos se han presentado eventos similares, algunos tal vez más delicados que el actual, como los ocurridos con los paramilitares. ¿Olvida Uribe Vélez los incidentes registrados en una finca de Copacabana (Valle de Aburrá), lugar de concentración de los jefes paramilitares? ¿No recuerda el arreglo al que tuvo que llegar el comisionado de paz de la época con alias don Berna para que se volviera a entregar, después de su retiro del campamento designado para los diálogos?

Hasta tanto culmine la negociación y se desmovilicen las Farc, se presentarán errores, fallas, abusos, desafueros, o como quieran llamarse. Y con seguridad habrá múltiples dificultades en el posconflicto que solo las mentes abiertas y no contaminadas sabrán resolver, llegado el momento.

De manera que la opinión pública nacional y la comunidad internacional tienen que estar atentas a todos estos hechos para valorar su real impacto y profundidad, y no caer en la tentación de asumir el papel de aves agoreras de la negociación. A su turno las Farc tienen que dejar de ponerle torpedos a la paz, con lo cual provocan los pronunciamientos dañinos que se escuchan. Es hora de la cautela; que solo haya agresividad para empujar las negociaciones y evitar la proliferación de los francotiradores del odio, la venganza y la guerra.

Nota  Próximo 1 de marzo acto de celebración: EPL 25 años construyendo paz. Medellín parque de Naciones Unidas 9am

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