SIN RODEOS
Otra
comedia de equívocos
Por Jaime A.
Fajardo Landaeta
Twitter: @JaimeFajardoLan
Le asiste toda la razón a monseñor
Luis Augusto Castro al afirmar que la presencia de los negociadores del Farc en
un acto público y político en La Guajira, con guerrilleros armados, fue una
embarrada. También cuando los invita a resolver rápido el impasse para que puedan seguir socializando los acuerdos con sus militantes.
Caer en estos deslices, a estas
alturas del proceso, es estimular la ofensiva de los enemigos del proceso de
paz, entre ellos el procurador Alejandro Ordóñez y los más connotados uribistas,
empezando por su jefe Álvaro Uribe. Contradictores que han desatado una
polémica que carece de argumentos mayores al afirmar que estos hechos demuestran
que el gobierno de Santos ha permitido a la guerrilla hacer proselitismo armado,
y al volver con el sambenito de que les están entregando la patria a los
terroristas. Así solo dejan entrever el odio que alientan hacia el proceso de paz
y la carencia de fundamentos en sus tesis. Pero también del lado de la
guerrilla se pone en evidencia una actitud hostil, que contraría lo que se ha
venido construyendo con el Gobierno nacional.
Habría que mirar la arista
positiva del acontecimiento: el país tiene que aprender de él y en general de
los previsibles momentos de incertidumbre que surgirán, para darles el mejor manejo.
Cuando se produzca la concentración de los miembros de las Farc para la
dejación de armas, seguramente se presentarán muchas situaciones difíciles que deberán
manejar las Naciones Unidas y los países garantes del proceso. No hay
negociación de paz como la actual que pueda salir indemne de tropiezos.
Con otros procesos se han presentado
eventos similares, algunos tal vez más delicados que el actual, como los
ocurridos con los paramilitares. ¿Olvida Uribe Vélez los incidentes registrados
en una finca de Copacabana (Valle de Aburrá), lugar de concentración de los
jefes paramilitares? ¿No recuerda el arreglo al que tuvo que llegar el
comisionado de paz de la época con alias don Berna para que se volviera a
entregar, después de su retiro del campamento designado para los diálogos?
Hasta tanto culmine la
negociación y se desmovilicen las Farc, se presentarán errores, fallas, abusos,
desafueros, o como quieran llamarse. Y con seguridad habrá múltiples
dificultades en el posconflicto que solo las mentes abiertas y no contaminadas
sabrán resolver, llegado el momento.
De manera que la opinión pública
nacional y la comunidad internacional tienen que estar atentas a todos estos
hechos para valorar su real impacto y profundidad, y no caer en la tentación de
asumir el papel de aves agoreras de la negociación. A su turno las Farc tienen
que dejar de ponerle torpedos a la paz, con lo cual provocan los
pronunciamientos dañinos que se escuchan. Es hora de la cautela; que solo haya agresividad
para empujar las negociaciones y evitar la proliferación de los francotiradores
del odio, la venganza y la guerra.
Nota Próximo 1 de marzo acto de celebración: EPL
25 años construyendo paz. Medellín parque de Naciones Unidas 9am
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