SIN RODEOS
Pongámonos
de acuerdo
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
twittter: @JaimeFajardoLan
Entradilla:
Se requiere un escenario de concertación para debatir y definir los
cambios que requiere nuestro actual modelo económico.
Sugiero a la opinión pública que nos comprometamos
con un gran pacto social que permita superar esta crisis y generar alternativas
de largo aliento. Un acuerdo que integraría a todos los miembros del Comité Nacional
de Paro (y a todos los sectores sociales que lo apoyaron) y a los gremios
económicos en su integralidad. Todos cabemos en esta propuesta, con el presidente Duque como
líder y los gobernadores como impulsores de mesas regionales de concertación y
diálogo.
Se
trata de propiciar un escenario para debatir, definir y precisar los cambios
fundamentales que requiere nuestro actual modelo económico que está presentando
grandes falencias. El capitalismo salvaje y el neoliberalismo han fracasado,
así que debemos construir las alternativas que permitan alcanzar mejores
niveles de equidad social, la restitución de tierras, de lucha certera contra
el hambre y la miseria; acabar con la informalidad laboral, garantizar la
implementación de los acuerdos de paz y nuevas iniciativas con otros actores,
recuperar los niveles de empleo y adoptar como foco la construcción de políticas
justas de distribución del ingreso.
De
lo contario, seguiremos pescando en el río revuelto de esta inédita convulsión
mundial. Como lo hacen, por ejemplo, algunos empresarios colombianos que
propugnan por sacar provecho con reformas laborales, pensionales y económicas,
y de paso arrasar con muchas de las conquistas del movimiento sindical.
Claro
que se deben diferenciar los problemas que atraviesan las pequeñas y medianas
empresas, urgidas de apoyo gubernamental incluidos los pagos de nóminas, y del
auxilio del sector financiero con préstamos a largo plazo y bajo interés, de la
situación de las grandes empresas y las subsidiarias de entidades
multinacionales que deben hacer usos de las reservas económicas obtenidas
durante prolongados periodos de vacas gordas, para paliar esta crisis.
Es
importante que el Gobierno financie gran parte de los requerimientos para
superar la crisis, incluyendo la búsqueda de préstamos internacionales, como en
efecto lo está haciendo; que incremente el déficit fiscal y no se deje
presionar por sectores retardatarios de los gremios económicos y más pudientes
de la sociedad.
Otra
manera de pescar en ese río revuelto es pretender que alrededor de los 14
puntos que hoy enarbolan los gremios económicos se lograrán los acuerdos que necesita
el país. Ocultan la intención de aprovechar esta crisis para imponer cambios en
favor de una mayor acumulación en manos de una minoría siempre gananciosa. Pero
tampoco se trata de desconocer la libre iniciativa de la empresa privada, la
importancia de fortalecer el aparato productivo, de fortalecer un empresariado
con más compromiso social y consolidar las bases del Estado social de derecho
promulgado por la Constitución de 1991.
En
ese sentido echamos de menos el liderazgo iluminante de un Nicanor Restrepo
Santamaría, un Gilberto Echeverri, un Guillermo Gaviria, y otros muchos con
claridad meridiana sobre el papel que compete a los gremios económicos en
momentos como el actual. Por fortuna, aún contamos con personajes que animan y
dan continuidad a la tendencia social del empresariado, que muchos insisten en
desconocer.
Que
también se ventile el problema de la salud, buscando abolir la intermediación
en el sector que creó un monopolio que absorbe todos los recursos. Que el
sector recupere un enfoque público, con el Estado como responsable central, y se
desmonte el andamiaje corrupto de las EPS, mientras se busca rescatar la
dignidad laboral de sus profesionales y servidores, para que no sigan acumulando
meses de salarios y prestaciones sociales sin cancelar. Que se tramite el tema
de las enormes deficiencias de la infraestructura hospitalaria y el criminal monopolio
del mercado de los medicamentos en manos de multinacionales, y de empresas que manejan
la salud con criterio mercantilista. El pacto social que proponemos es de
carácter urgente y nos debe comprometer a todos, sin excepciones.
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