SIN RODEOS
Peligrosas
filtraciones
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
Twiter: @JaimeFajardoLan
Aunque
no son los primeros ni serán los últimos, los casos de filtración de
información reservada de la inteligencia de EE.UU. protagonizados por Edward
Snowden y Julián Assange, han puesto en el primer plano de la discusión mundial
los alcances del tema, la “reserva” vulnerada y el peligro de manipulación
inherente.
En
Colombia se ha vuelto de conocimiento público alguna información reservada, manejada
con evidentes intereses políticos, sin que el gobierno ni los órganos de
control se den por aludidos. Veamos algunos casos: ¿Cómo trascendió la
información acerca de las coordenadas de salida de varios miembros de las Farc
para La Habana? Se trataba de
información altamente secreta. Ni siquiera el expresidente Uribe debería acceder
a ella. El caso es que se expuso al país a la posibilidad de afrontar grandes
responsabilidades, de haber sucedido algo extraordinario. Cualquier filtración
de información reservada al jefe de Estado, al organismo correspondiente o a
quien este designe, que termine en poder del crimen organizado o de un
particular configura un delito que debe ser castigado con severidad.
Con
frecuencia, miembros de la oposición al gobierno, sobre todo de la extrema
derecha, informan a la opinión pública acerca de casos internos de la Fuerza Pública,
y de movimientos de tipo operacional que son utilizados para atacar los planes
del ejecutivo, en particular con lo que tiene que ver con su apuesta por la
negociación del conflicto, con potenciales repercusiones en la seguridad
nacional.
Recordemos
que el Gobierno tuvo que salir a informar sobre los diálogos preliminares que
secretamente sostenía con dirigentes de las Farc, con miras a acordar la agenda
que hoy se discute en La Habana. Menos mal que su avance ya estaba maduro, y la
divulgación fue de buen recibo por parte de la opinión pública, efecto
contrario a lo que pretendían sus malintencionados autores.
También
se conoció una foto de guerrilleros de las Farc cuando disfrutaban de un paseo en altamar, difundida con la intención
de dar un golpe de opinión en contra del proceso, en la medida en que
supuestamente un grupo de revolucionarios disfrutaba de placeres de tipo capitalista
y burgués. Lo que la opinión pública no dimensiona es que esa simple foto
implica alguna labor de inteligencia, con fines específicos, que podría contar
con la complicidad de personas infiltradas entre los delegados de las Farc o
-lo más peligroso- que esté operando un aparato de inteligencia alterno al del
Estado colombiano o cubano, con la posibilidad de realizar estas actividades en
cualquier país vecino.
De
todas formas el uso de información reservada del Estado y muchas veces
clasificada en los estándares de seguridad nacional, para tratar de
desprestigiar al gobierno o algunas de sus políticas, debe llamar la atención
de las autoridades y sobre todo motivarnos para desatar acciones que impidan que
tales filtraciones produzcan los efectos políticos que se persiguen, o que
puedan causarle daño al país.
Nota:
Ahora se nos dice que los supuestos atentados de las Farc, contra el
Expresidente Uribe, era algo que se conocía desde tiempos en que Juan Manuel
Santos era Ministro de defensa. Para qué el espectáculo que se difundió?.
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