16 de noviembre de 2013

PELIGROSAS FILTRACIONES

SIN RODEOS

Peligrosas filtraciones

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

Twiter: @JaimeFajardoLan

Aunque no son los primeros ni serán los últimos, los casos de filtración de información reservada de la inteligencia de EE.UU. protagonizados por Edward Snowden y Julián Assange, han puesto en el primer plano de la discusión mundial los alcances del tema, la “reserva” vulnerada y el peligro de manipulación inherente.

En Colombia se ha vuelto de conocimiento público alguna información reservada, manejada con evidentes intereses políticos, sin que el gobierno ni los órganos de control se den por aludidos. Veamos algunos casos: ¿Cómo trascendió la información acerca de las coordenadas de salida de varios miembros de las Farc para La Habana?  Se trataba de información altamente secreta. Ni siquiera el expresidente Uribe debería acceder a ella. El caso es que se expuso al país a la posibilidad de afrontar grandes responsabilidades, de haber sucedido algo extraordinario. Cualquier filtración de información reservada al jefe de Estado, al organismo correspondiente o a quien este designe, que termine en poder del crimen organizado o de un particular configura un delito que debe ser castigado con severidad.

Con frecuencia, miembros de la oposición al gobierno, sobre todo de la extrema derecha, informan a la opinión pública acerca de casos internos de la Fuerza Pública, y de movimientos de tipo operacional que son utilizados para atacar los planes del ejecutivo, en particular con lo que tiene que ver con su apuesta por la negociación del conflicto, con potenciales repercusiones en la seguridad nacional.

Recordemos que el Gobierno tuvo que salir a informar sobre los diálogos preliminares que secretamente sostenía con dirigentes de las Farc, con miras a acordar la agenda que hoy se discute en La Habana. Menos mal que su avance ya estaba maduro, y la divulgación fue de buen recibo por parte de la opinión pública, efecto contrario a lo que pretendían sus malintencionados autores.

También se conoció una foto de guerrilleros de las Farc cuando disfrutaban de un  paseo en altamar, difundida con la intención de dar un golpe de opinión en contra del proceso, en la medida en que supuestamente un grupo de revolucionarios disfrutaba de placeres de tipo capitalista y burgués. Lo que la opinión pública no dimensiona es que esa simple foto implica alguna labor de inteligencia, con fines específicos, que podría contar con la complicidad de personas infiltradas entre los delegados de las Farc o -lo más peligroso- que esté operando un aparato de inteligencia alterno al del Estado colombiano o cubano, con la posibilidad de realizar estas actividades en cualquier país vecino.

De todas formas el uso de información reservada del Estado y muchas veces clasificada en los estándares de seguridad nacional, para tratar de desprestigiar al gobierno o algunas de sus políticas, debe llamar la atención de las autoridades y sobre todo motivarnos para desatar acciones que impidan que tales filtraciones produzcan los efectos políticos que se persiguen, o que puedan causarle daño al país.

Nota: Ahora se nos dice que los supuestos atentados de las Farc, contra el Expresidente Uribe, era algo que se conocía desde tiempos en que Juan Manuel Santos era Ministro de defensa. Para qué el espectáculo que se difundió?.

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