23 de octubre de 2013

SPACE: UNA ADVERTENCIA




SIN RODEOS

Space: una advertencia

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

Twiter: @JaimeFajardoLan

Cierto: Medellín se muestra ante el mundo como ciudad innovadora, reconocimiento que no es gratuito. Pero su desarrollo urbano carece de un plan de ordenamiento estructurado y consolidado, en especial en zonas de tan alta inversión como la comuna 14 (El Poblado).

La tragedia del Space es clara manifestación de una de las variadas problemáticas que agobian a esa y a otras comunas y conjuntos residenciales, y que afloran a raíz de su crecimiento desaforado. Un tópico: incoherencia entre proyectos ya levantados y desarrollo vial todavía en el papel. Sobre la Loma del Indio crecen edificaciones de gran magnitud, mientras que su principal vía es incapaz de absorber una movilidad al alza.

Otro tópico: falta de correlación entre proyectos inmobiliarios, composición de suelos y topografía. La aprobación de los primeros compete a curadores urbanos que hacen de planificadores, pero sucumben a las presiones de los inversionistas, sin control posterior sobre la ejecución de la obra. Así, el derrumbe de la ingeniería antioqueña no es casual: resulta de la falta de control y de planes de ordenamiento efectivos frente a las demandas de suelo para urbanizar.

Uno más: los diseñadores se exceden en arrogancia, llevando los proyectos al límite en riesgos y ahorro, sin medir consecuencias. Arrogancia palpable en Space, cuando horas antes del derrumbe ostentaron una fastidiosa seguridad y pusieron a obreros inocentes de la tragedia en ciernes, a remendar columnas. En contraposición, se habla de una frágil infraestructura de vivienda y obras públicas en gran parte de la ciudad: comunas 8, 9, 13 y 16, y algunos corregimientos.

Por suerte la Alcaldía de Medellín, en cabeza de su alcaldesa (e) Claudia Restrepo, supo sortear con derroche de profesionalismo y sensibilidad esta difícil situación, para demostrar ante el mundo la valía de adoptar decisiones oportunas. Reciba mi reconocimiento la meritoria funcionaria, al igual que los miembros de la administración que la acompañaron, en particular el director (e) del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres, Dagrd, quien visualizó la inminente tragedia, e hizo lo debido.

Comparto la tesis que se ha ventilado: estos problemas estructurales deben ser analizados y las propuestas de solución adoptadas en el próximo POT, que deberá ser alternativa que haga de esta crisis una gran oportunidad para la ciudad. Administración y Concejo local tienen aquí una tarea gigantesca, además de la relativa a la superación del estigma de este desastre con miras al Foro Mundial Urbano de 2014. Como lo advirtió el editorialista del periódico El Colombiano del 14 de octubre: que el certamen no sea para jactarnos de cuestionables excelencias y mirarnos al ombligo. Yo agrego que tenemos que sumar esfuerzos hacia la consolidación de una urbe moderna, pero sobre todo bien planificada.

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