6 de agosto de 2017

OPTIMISMO Y PAZ


SIN RODEOS

Opinión pública y optimismo

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

e-mail: fajardolan@une.net.co; jaimefajardolandaeta@gmail.com
Twitter: @JaimeFajardoLan

Se pueden palpar el crecimiento del optimismo y el respaldo a la implementación del proceso de paz, según recientes sondeos de las empresas del ramo que dan cuenta, también, de un repunte en la imagen positiva del presidente Santos.

Además se percibe que la entrega de armas de las Farc y su desaparición como grupo ilegal han significado pérdida de apoyo a sectores de oposición, e incluso a su líder, el senador Álvaro Uribe. Por primera vez en muchos años el nivel de castigo al expresidente es mayor que la aprobación que suscita y esa tendencia tiende a mantenerse.

De igual manera la ciudadanía empieza a establecer diferencias entre la impopularidad de las Farc y el apoyo debido a los acuerdos de paz. Si estos se implementan adecuadamente, si la gente recibe los beneficios en su territorio y las Farc cumplen con sus compromisos, la aceptación popular se potenciará.

En este nuevo panorama pierde terreno la polarización entre los colombianos, quienes buscan otras alternativas. Sería previsible, entonces, que la campaña electoral avance en un ámbito de mayor debate de ideas y propuestas, muy alejado del enrarecido clima de odio, venganza y mentira que caracterizó el plebiscito sobre los acuerdos de paz.

Acuerdos también favorecidos en su ambientación por la lucha contra la corrupción, que está llevando ante la Justicia a integrantes de sectores influyentes de la nación. Otro factor que suma: la distancia que ha tomado el Gobierno colombiano de las medidas antidemocráticas de su homólogo venezolano, con pleno respaldo de la opinión pública nacional.

El discurso del miedo al castrochavismo está en picada, pues ya pocos se tragan ese cuento. Pero crece la expectativa acerca del desempeño de la Justicia Especial de Paz, al igual que la lista de sectores interesados en acogerse a ella, incluidos opositores al proceso de paz. Está sucediendo con algunos políticos, empresarios y miembros de la Fuerza Pública acusados de los falsos positivos y financiación y apoyo a grupos ilegales.

El acercamiento entre paramilitares y miembros del estado mayor de las Farc fue bien recibido por la opinión pública, y connota una gran esperanza para las víctimas. Si se cumple el propósito de construir juntos la verdad histórica del conflicto armado y de contribuir en la reparación de las víctimas, se fortalecerá el proceso de implementación de los acuerdos y se reducirá el nivel de maniobra de sus opositores.

También las encuestas dejan en evidencia el opacamiento de los partidos políticos. Sus electores los quieren adecuados a la nueva realidad del país, democratizados en su ámbito interno y con líderes renovados.

Pero los encuestados no le creen al ELN; percepción que se fortalece al retrasar su ingreso al tren de la paz, mientras que su accionar terrorista favorece los intereses de la extrema derecha. Este anhelado acuerdo solo se salva cuando haya cese de hostilidades y avances en la agenda de negociaciones.

De otro lado, Colombia y su proceso de paz cuentan con el apoyo de la comunidad internacional, así pervivan las presiones para el combate a los cultivos ilícitos y al narcotráfico. No es factible una disminución de esta actitud, básica para avanzar por la ruta de la reconciliación nacional. Esperamos que la visita del papa Francisco consolide este optimismo y la paz que se vislumbra.


NOTA: Felicitaciones a Yolanda Pinto de Gaviria, esposa del inmolado gobernador Guillermo Gaviria Correa, por su designación como directora de la Unidad de Víctimas de la Presidencia de la República, un espaldarazo a su incansable labor en favor de la convivencia nacional. ¡Todo el éxito a su gestión!

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