SIN RODEOS
Opinión pública y optimismo
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
Twitter: @JaimeFajardoLan
Se
pueden palpar el crecimiento del optimismo y el respaldo
a la implementación del proceso de paz, según
recientes sondeos de las empresas del ramo que dan cuenta, también, de un
repunte en la imagen positiva del presidente Santos.
Además
se percibe que la entrega de armas de las Farc y su desaparición como grupo
ilegal han significado pérdida de apoyo a sectores de oposición, e incluso a su
líder, el senador Álvaro Uribe. Por primera vez en muchos años el nivel de
castigo al expresidente es mayor que la aprobación que suscita y esa tendencia
tiende a mantenerse.
De
igual manera la ciudadanía empieza a establecer diferencias entre la
impopularidad de las Farc y el apoyo debido a los acuerdos
de paz. Si estos se implementan adecuadamente, si la gente recibe los
beneficios en su territorio y las Farc cumplen con sus compromisos, la aceptación popular se potenciará.
En
este nuevo panorama pierde terreno la polarización entre los colombianos, quienes
buscan otras alternativas. Sería previsible, entonces, que la campaña electoral
avance en un ámbito de mayor debate de ideas y propuestas, muy alejado del enrarecido
clima de odio, venganza y mentira que caracterizó el plebiscito sobre los acuerdos de paz.
Acuerdos
también favorecidos en su ambientación por la lucha contra la corrupción, que
está llevando ante la Justicia a integrantes de sectores influyentes de la
nación. Otro factor que suma: la distancia que ha tomado el Gobierno colombiano
de las medidas antidemocráticas de su homólogo venezolano, con pleno respaldo
de la opinión pública nacional.
El
discurso del miedo al castrochavismo está en picada, pues ya pocos se tragan ese
cuento. Pero crece la expectativa acerca del desempeño de la Justicia Especial
de Paz, al igual que la lista de sectores interesados en acogerse a ella,
incluidos opositores al proceso de paz. Está sucediendo con algunos políticos,
empresarios y miembros de la Fuerza Pública acusados de los falsos positivos y
financiación y apoyo a grupos ilegales.
El
acercamiento entre paramilitares y miembros del estado mayor de las Farc fue
bien recibido por la opinión pública, y connota
una gran esperanza para las víctimas. Si se
cumple el propósito de construir juntos la verdad histórica del conflicto
armado y de contribuir en la reparación de las víctimas,
se fortalecerá el proceso de implementación de los acuerdos y se reducirá el
nivel de maniobra de sus opositores.
También
las encuestas dejan en evidencia el opacamiento
de los partidos políticos. Sus electores los quieren adecuados a la nueva realidad
del país, democratizados en su ámbito interno y con líderes renovados.
Pero
los encuestados no le creen al ELN; percepción que se fortalece al retrasar su
ingreso al tren de la paz, mientras que su accionar terrorista favorece los
intereses de la extrema derecha. Este anhelado acuerdo solo se salva cuando
haya cese de hostilidades y avances en la agenda de negociaciones.
De
otro lado, Colombia y su proceso de paz cuentan
con el apoyo de la comunidad internacional, así pervivan las presiones para el
combate a los cultivos ilícitos y al narcotráfico. No es factible una disminución
de esta actitud, básica para avanzar por la ruta de la reconciliación nacional.
Esperamos que la visita del papa Francisco consolide este optimismo y la paz que se vislumbra.
NOTA:
Felicitaciones a Yolanda Pinto de Gaviria, esposa del inmolado gobernador
Guillermo Gaviria Correa, por su designación como directora de la Unidad de Víctimas de la Presidencia de la República, un
espaldarazo a su incansable labor en favor de la convivencia nacional. ¡Todo el
éxito a su gestión!
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