29 de julio de 2016

UNA VINCULACIÓN NECESARIA


SIN RODEOS

Una vinculación necesaria

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

Twitter: @JaimeFajardoLan

La planeación de las estrategias que llevarán a la firma final de los acuerdos de La Habana entre el Gobierno nacional y las Farc entraña una filigrana de enormes proporciones. Cada detalle debe ser calculado, sin perder de vista las experiencias que dejó la desmovilización de los paramilitares: que no se repitan errores ni se caiga en improvisaciones que luego se deban enmendar, con el riesgo de desfigurar los logros.

Las Farc solo deben concentrarse en los campamentos y zonas veredales cuando culmine la negociación de la agenda y cuando estén listas las Naciones Unidas para la verificación encomendada. Incluso el desplazamiento de las columnas guerrilleras hacia dichos territorios debe estar coordinado por los negociadores y bajo la tutela de las FF.MM.

Ahora bien, todos los asuntos logísticos deben ser planeados con suficiente tiempo; se debe contar con un equipo de operadores experto, integrado en lo posible y según la iniciativa de algunos alcaldes, por personas oriundas del respectivo municipio, como novedosa fuente de empleo durante la vigencia de los campamentos.

En el proceso de verificación y en todo lo relativo con el funcionamiento de esos territorios de concentración, es muy importante la presencia de delegados de las gobernaciones y alcaldías, para que las autoridades locales cumplan con el papel que les compete y puedan informar a la ciudadanía, de manera oportuna, acerca del desarrollo de dicha concentración, y para que ofrezcan soluciones inmediatas a los problemas que surjan.

Las posibles infracciones a la ley, o las dificultades de convivencia que se presenten, se deben tratar con celeridad; si se trata de conductas que atañen al ámbito penal, que se acuda de inmediato a la autoridad respetiva para que asuma su manejo.

Los censos de los combatientes, los datos de la población, las diversas actividades que desarrollarán las instituciones (Fiscalía, Procuraduría, Registraduría, Defensoría del Pueblo, administraciones departamentales y municipales y la comunidad internacional) ameritan una cabal coordinación en todos los niveles para que el impacto de las acciones encuentre correspondencia con las estrategias propuestas, y para que se garantice el objetivo final de alcanzar la dejación de armas y la desmovilización plena de las Farc y su paso a la vida institucional y política del país.

De todas formas, lo mejor que se puede hacer para facilitar las acciones de los negociadores, del Gobierno nacional y de la comunidad internacional, en los territorios de concentración, es derrochar capacidad y disponibilidad política para vincular en forma efectiva a los entes territoriales y a las comunidades de la región. Recordemos que buena parte de las deficiencias que caracterizaron el proceso de desmovilización de los paramilitares radicaron en la escasa corresponsabilidad que existió entre el Gobierno nacional y dichas instancias municipales y regionales.


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