SIN
RODEOS
Caer y volver a caer
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
Twiter: @JaimeFajardoLan
A todas luces es falsa la
afirmación de los opositores al proceso de paz de que la tregua unilateral
decretada en diciembre pasado por las Farc no se estaba cumpliendo. Las propias
FF. MM., el Ministro de Defensa y analistas del conflicto lo hemos podido evidenciar.
Claro que no hay tregua ni paz perfecta, enunciado que no entienden los críticos
de turno.
Aceptamos que esa guerrilla comete
monumentales equívocos, como sucedió con el atroz ataque del 15 de abril en el
Cauca. Además, cree que el momento político aún le favorece. No entiende que se
agota su cuarto de hora de benevolencia por parte de la opinión pública. Aunque
no se puede desconocer que viene asumiendo actitudes en favor de una cabal
negociación, todavía lejanas del querer nacional.
Hace bien el Gobierno al mantener
la ofensiva militar y tratar de reducir su capacidad bélica, aunque falla cuando
busca complacer a los opositores, que ven maniobras engañosas en todas partes,
en una actitud que raya con los falsos argumentos (muy parecido a los falsos
positivos). Malquerientes que más bien deberían explicarle al país las
dificultades que tuvieron otros procesos de negociación, peores aún que el
protagonizado por Colombia, y que pudieron culminar exitosamente: en Sudáfrica,
en Centroamérica, en Irlanda, para que entendamos que la negociación no es tan
fácil como ellos lo pregonan.
Pero aún con esta irracional oposición,
con la crisis que atraviesan los diálogos, con el burdo rompimiento de la
tregua unilateral que hace esta guerrilla y con todas las dificultades que van
surgiendo, soy de los que consideran que están dadas las condiciones para dar un
viraje que enderece la ruta de la negociación.
Porque tropezar varias veces puede
convenir, si las partes vuelven a los senderos del entendimiento y se reactivan
los instrumentos y metodologías que lleven a enderezar el proceso de paz. Ello
exige impulsar otras iniciativas para desescalar el conflicto y allanar el
camino hacia un cese bilateral del fuego que facilite la desmovilización de los
insurgentes.
Pero el procurador; Acore y
algunos miembros del CD quieren que las Farc piensen y actúen como ellos, que
se acojan a las iniciativas derrotistas que recomiendan. Por el contrario, tenemos
que exigirles que sean más consecuentes con las negociaciones, que contribuyan
a acelerar el proceso, que se dispongan a culminar la agenda establecida y a
firmar los acuerdos que pongan fin al conflicto. Que muestren resultados con el
desminado, que desvinculen a los niños del conflicto, que se concreten acuerdos
tangibles en el punto de víctimas y justicia transicional; que entreguen las
armas para que puedan accedar a la vida civil. En síntesis, política sin armas,
es la condición. Estos y otros aspectos generarían mayor aceptabilidad de la
ciudadanía y nos colocarían de cara a un eventual acuerdo.
Nota: Hace bien la fiscalía en
aceptar el diálogo que plantea el Clan Usuga, para su posible sometimiento a la
justicia. Mientras tanto, se debe continuar con la ofensiva militar que tantos
golpes les ha ocasionado.
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