24 de diciembre de 2014

23 de diciembre de 2014

MI COLUMNA DE HOY EN EL TIEMPO


Jaime A. Fajardo Landaeta
 

Jaime A. Fajardo Landaeta

Ni un paso atrás

Esperamos que este cese del fuego unilateral avance hacia un armisticio, hacia la desmovilización y la entrega de armas.
Cuando una organización como las Farc decide declarar un cese del fuego unilateral, renunciando a las acciones ofensivas y a alterar la tranquilidad ciudadana, asume los retos consecuentes.
Determinación loable y muy positiva para el proceso de paz, aunque no se puede aceptar su terminación si la Fuerza Pública ataca alguna de sus estructuras o campamentos. Se sobreentiende que ella no entra en tregua y debe mantener en alto el nivel de operatividad que constitucionalmente le compete; de allí que resulte acertada la valoración presidencial positiva, sin aceptar condicionamientos o supuestas verificaciones que no comprometen al Gobierno.
Eso sí, la supuesta distensión permite a las partes generar hechos que favorezcan las negociaciones. Las Farc deben aprovecharla para fortalecer la convicción en sus cuadros y militantes de la importancia del actual proceso, y para propiciar que varios de sus frentes estimulen acciones ciudadanas en favor de la paz. Que la guerrilla pida perdón a las víctimas de Bojayá y acepte el clamor por una cabal reparación son actitudes que pueden repetirse en otras zonas del país, y de ellas serán responsables sus respectivos autores.
También es comprensible que si las Farc están en un campamento y son atacadas por las FF. AA., se producirán combates que no tienen que implicar ruptura de la tregua. En todo caso, la opinión pública debe conocer la razón de estos posibles enfrentamientos, para que se mantenga la palabra empeñada.
A su turno, los medios masivos de comunicación deben prepararse para presentar con objetividad cualquier situación conexa, porque no podemos descartar que sectores de la extrema derecha inciten a grupos ilegales a incurrir en acciones que puedan aparecer como de origen en las Farc. Más allá de la diversidad de opiniones, lo cierto es que estamos ante una negociación tan madura que nos permite vislumbrar el final del conflicto armado. Esperamos que este cese del fuego unilateral avance hacia un armisticio, hacia la desmovilización y la entrega de armas, sin un solo paso atrás.
El Gobierno Nacional debe trazar línea a todas las administraciones locales y departamentales para que, en medio del cese del fuego unilateral de las Farc, se emprenda una ardua labor en función de generar los más amplios espacios de participación y decisión ciudadana, para lograr mayor respaldo al proceso de diálogo en La Habana. Es urgente esta iniciativa, so pena de que sí la hagan los opositores de la paz.
De otro lado, la decisión del presidente Barack Obama de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba favorece estas negociaciones y avala una mayor influencia de los EE. UU. en el proceso, impacto que se hará evidente con el tiempo.
Nota: la renuncia del senador Eugenio Prieto a su curul para aspirar a la Gobernación de Antioquia o a la Alcaldía de Medellín merece un cerrado aplauso, pues le entrega a la próxima campaña electoral un candidato de notable trayectoria, que sin duda elevará el nivel del debate. ¡Buena esa, doctor Eugenio!
Jaime A. Fajardo Landaeta

1 de diciembre de 2014

VÍCTIMAS DE OTRO EXTERMINIO


SIN RODEOS

Víctimas de otro genocidio

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

Twiter: @JaimeFajardoLan

El portal VerdadAbierta.com ha publicado el informe “¿Exterminio del Epl en Urabá, crimen de lesa humanidad?”, donde detalla la brutalidad de las Farc contra los desmovilizados del Epl y sus familias en dicha región.

Recordemos que el Ejército Popular de Liberación se desmovilizó en 1991, después de más de seis meses de concentración y de negociación con el gobierno de César Gaviria Trujillo. Entonces pudo participar con dos delegados en la Asamblea Nacional Constituyente de ese año, origen de la Constitución vigente.

Sólo en Urabá se desmovilizaron casi 600 guerrilleros, de los más de 2.300 que había en todo el país, siendo esta región la más representativa en este proceso de reinserción que dio origen al grupo político “Esperanza, Paz y Libertad”, con significativa presencia en la mayoría de sus municipios. En ellos desplegó una gran actividad política y sindical que le valió el reconocimiento generalizado.

La publicación aludida destaca que gran parte de los desmovilizados fueron asesinados o desplazados por el bloque guerrillero José María Córdova, violación documentada por la Fiscalía 44 de Justicia y Paz.

Guillermo Correa, Director de la fundación Corpolibertad, que agrupa a víctimas del conflicto en Urabá, asegura que según normas internacionales aquí se cometieron crímenes de lesa humanidad y un evidente genocidio. Con Mario Agudelo -exdiputado de la Asamblea de Antioquia y exalcalde de Apartadó- ha solicitado a la Unidad Nacional de Atención y Reparación a las Víctimas, de la Presidencia de la República, que se reconozca como víctima colectiva al movimiento Esperanza, Paz y Libertad, aniquilado por las Farc y los paramilitares.

Es necesario que el Gobierno nacional y la comunidad internacional atiendan este clamor y procedan de inmediato a incluir a los desmovilizados en la lista de víctimas. Además, que se generen los mecanismos que permitan su participación en los diálogos de La Habana.

Ello perfilaría un hecho histórico, porque esa agrupación firmó unos acuerdos de paz exitosos y cuando actuó como guerrilla hizo parte, con las Farc, de la llamada coordinadora guerrillera. Además, al tratarse de víctimas del conflicto armado y de evidentes hechos de exterminio, podría darle más fuerza al proceso de paz y por ende a la construcción de reales caminos de reconciliación. Me imagino el impacto que esta posibilidad tendría en la opinión pública nacional e internacional.

La experiencia que se ha obtenido con los procesos de paz en la zona de Urabá y el aporte que pueden hacer los desmovilizados del extinto Epl no es desdeñable; por el contrario, serviría para que los anteriores proceso de paz se conviertan en un apoyo fundamental durante el posconflicto y en las negociaciones en marcha.


De otro lado, es muy importante que, en el marco de la negociación, el Gobierno y las Farc presten atención a la zona de Urabá y a la inmensa oportunidad de generar un laboratorio de paz y reconciliación que sería a la vez una apuesta de desarrollo, reinserción y consolidación territorial muy significativa para el país.