PALABRAS DEL JEFE DE LA DELEGACIÓN DE GOBIERNO
HUMBERTO DE LA CALLE
LA HABANA, 20 DE AGOSTO DE 2014
Buenos días.
Las víctimas cumplieron con grandeza la visita a la Mesa de
Conversaciones. Fue una jornada marcada por el respeto y la
disposición a escuchar para entender mejor y construir acuerdos que les den
respuesta. Una a una expusieron sus testimonios y propuestas. Un
proceso de paz es también eso: aprender a escuchar.
Como ellas lo dijeron, fueron momentos dolorosos donde se
puso de presente la tragedia infinita que ha dejado el conflicto armado en
décadas. Nos recordaron para qué estamos aquí: para que esa tragedia termine y
no se repita nunca más, y para que sus derechos tengan la debida satisfacción.
Desde el comienzo dijimos que esa es la razón de ser de este proceso,
su columna vertebral.
La visita de esta primera delegación de víctimas fue tal vez
uno de los momentos más trascendentales del proceso y, en todo caso, el más emotivo.
Sus testimonios nos pusieron de presente por qué Colombia merece y necesita que
terminemos el conflicto, por qué debemos unirnos para hacer frente al pasado,
superarlo, trabajar en la construcción de una paz estable y duradera; y
así contribuir a la reconciliación.
Tomamos atenta nota de las propuestas que presentaron. Estas
se suman a las casi 6 mil que ya hemos recibido, así como a las que esperamos
recibir como resultado de los foros
organizados por las Naciones Unidas y el Centro de Pensamiento de la
Universidad Nacional. Invitamos a los ciudadanos a que nos sigan enviando
propuestas a través de la página web de la Mesa de Conversaciones. ( www.mesadeconversaciones.com.co).
Queremos agradecer a José Antequera, Ángela María
Giraldo, Jaime Peña, Constanza Turbay Cote, Jorge Eliécer Vásquez, Janeth
Bautista, Léyner Palacios, Nelly González, Alfonso Mora, Luz Marina
Bernal, María Eugenia Cruz y Débora Barros. A todos gracias por su valentía,
generosidad y franqueza. Tengan la certeza de que ustedes y las demás
víctimas son el ancla moral del proceso.
Nos comprometemos a hacer los mejores esfuerzos para que sus demandas
encuentren respuestas en los acuerdos.
Aún faltan por venir otras 48 víctimas que lo harán en los
siguientes cuatro ciclos, seleccionadas por las Naciones Unidas y el
Centro de Pensamiento de la Universidad Nacional con la garantía de la
Conferencia Episcopal. Serán escogidas con base en los criterios establecidos
por la Mesa que permitan reflejar todos los hechos victimizantes y la
diversidad de sectores poblacionales y territorios, de tal forma
que las comisiones sean incluyentes, pluralistas y equilibradas. No
entendemos el criterio de sumas y restas. Este no es un problema aritmético,
sino un profundo gesto moral frente a todas las víctimas sin discriminación.
A los colombianos les pedimos no politizar, ni estigmatizar,
ni dividir a las víctimas. La delegación
de víctimas nos exigió llevar a buen término estas conversaciones y poner en
marcha gestos de paz. No puede suceder que la presencia de una persona que ha
sufrido la violación de sus derechos, sea nuevamente victimizada, solo por
venir a La Habana a contar su tragedia. No podemos perpetuar el odio. Justicia
sí, pero no venganza.
El gobierno nacional reitera su compromiso con las víctimas y
recuerda que las discusiones sobre este punto estarán basadas en los diez
principios ya adoptados por ambas partes, en particular el reconocimiento de
las víctimas como ciudadanos y la aceptación de responsabilidad por parte de
todos los autores. El Gobierno está comprometido a garantizar que este acuerdo
se construya en el marco de nuestras obligaciones nacionales e internacionales.
Lo que estamos haciendo aquí busca proteger los derechos de todos y fortalecer el
Estado social de derecho.
Por último queremos agradecer el enorme esfuerzo de las
Naciones Unidas, del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz de
la Universidad Nacional y la Conferencia Episcopal por hacer posible esta cita
histórica. A Cuba gracias por su hospitalidad, a Noruega, Chile y
Venezuela por sus gestiones y presencia.
Navi Pillay, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos
Humanos, dijo lo siguiente:
“El grupo de víctimas…
en La Habana puede ser pequeño. Pero con su presencia cambiarán la dinámica
hacia (…) la construcción de mecanismos para transformar las vidas de las
víctimas, (…) el nivel de respeto por (sus) derechos humanos y (los) de todas y
todos los colombianos”.
Y agrego algo que ha repetido el Presidente Santos: tenemos
el deber de mirar las víctimas pasadas, pero también evitar las víctimas
futuras. Albert Camus dijo que no quería ver el momento en que Argelia, su
patria, estuviera sólo poblada por víctimas y asesinos. Hay que poner fin a la
guerra. Esperamos que la sociedad nos siga acompañando en este esfuerzo.
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