4 de abril de 2014

¿ OTRA CONSTITUYENTE ?



SIN RODEOS

¿Otra Constituyente?

Por Jaime A. Fajardo Landaeta
Twiter: @JaimeFajardoLan

En diversos ámbitos políticos y sociales se ventila con insistencia la posibilidad de exigir la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Primero las Farc, para refrendar los posibles acuerdos que surjan de los diálogos de paz en La Habana. Luego el uribismo por medio de su vocero José Obdulio Gaviria, como supuesto mecanismo expedito para reformar la Justicia. Ahora lo hacen movimientos políticos como Marcha Patriótica, sectores sociales y de izquierda y hasta el exalcalde Gustavo Petro, luego de su salida de la Alcaldía de Bogotá.

Así que el tema es objeto de un debate que va para largo, y su perspectiva dependerá de lo que ocurra en las próximas elecciones presidenciales: si Santos gana en primera vuelta, de inmediato pierde fuerza, porque el mecanismo para refrendar los acuerdos de paz sería el plebiscito o referendo, amén de que le asistirá una mayor legitimidad para imponer su punto de vista.

Analizando detalladamente la agenda que discuten gobierno y Farc, al igual que los contenidos de los dos puntos acordados hasta ahora se puede afirmar, sin llamarnos a engaños, que estos logros corresponden a acertados desarrollos de la Constitución de 1991 y que no se requiere convocar otra ANC. A no ser que esa guerrilla pretenda llevar a dicho escenario lo que no logre en las negociaciones, lo que atentaría contra el mismo proceso de paz.

De otro lado, resulta evidente que el uribismo utilizaría ese mecanismo para volver sobre el tema de la reelección presidencial, buscar cambios en la justicia que amparen a sus amigos comprometidos con ciertos delitos, entre ellos los falsos positivos y otros tipificados como de lesa humanidad, y de paso acabar con los logros de la Constitución del 91.

Como defensores de la lucha por la paz estamos comprometidos hasta las últimas consecuencias con los procesos encaminados a su concreción. Y como miembro que fui de la ANC del 91puedo dar fe de que la Norma que suscribimos cuenta con una conceptualización idónea para acoger los acuerdos que en esa materia se logren.

Creo que es al nuevo Congreso de la República a quien compete aprobar las iniciativas que legitimen y rodeen de garantías los acuerdos de paz y fortalezcan los instrumentos que hagan posible materializar el plebiscito o referendo del caso.


También es cierto que si las Farc insisten en una ANC, al igual que otras fuerzas políticas y sociales, esta debería concretarse por la vía de la actividad política, sin convertirla en requisito para firma de acuerdos, para entrega de armas y desmovilización, o como una maniobra con ignoradas pretensiones. Por ahora solo esperamos que las Farc entiendan la importancia de acelerar los compromisos esperados, y que no persistan en desgastar las conversaciones o en introducir elementos de incertidumbre en la opinión pública nacional e internacional.

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