SIN RODEOS
Secreto
a voces
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
Twiter: @JaimeFajardoLan
No
hay lugar a dudas, ni siquiera para las Farc: desde hace muchos años el
conflicto colombiano ha estado marcado por la intervención directa de los EE.UU potencia que incrementa su tecnología en interceptaciones, espionaje
electrónico y uso de los más variados “juguetes bélicos”.
Es
secreto a voces que el gobierno de Álvaro Uribe, en su afán por mostrar
resultados, unió esfuerzos con la Agencia Central de Inteligencia –CIA- para concretarlas
operaciones que acabaron con la vida de varios jefes guerrilleros. La entrada
en escena de las llamadas bombas inteligentes lanzadas desde aviones de la
Fuerza Aérea, con la asesoría y directa participación de los gringos, permitió que
la fuerza pública colombiana asumiera la iniciativa en el conflicto.
El gobierno
Santos mantuvo estos acuerdos y asesorías, secreto que los analistas conocíamos,al
igual que las Farc. Tampoco es novedad que éstas han recibido colaboración de
varios países y de algunas organizaciones terroristas en aspectos de asesoría e
inteligencia, y que sostienen relaciones con multinacionales que suministran
armas y adquieren cocaína: viven de la guerra y necesitan que el conflicto se
perpetúe. Claro, que en ese contexto, las farc también han limitado mucho su
espacio.
Pero
la guerrilla ha perdido muchas posibilidades en el ámbito internacional como para
que pretenda prolongar la guerra. En cambio, crece abrumador el respaldo al
proceso hacia un acuerdo de paz: el gobierno Santos, y la misma farc, cuentan
con este activo en el contexto internacional pero, si tal acuerdo no se
concreta, recibiría un significativo apoyo, el gobierno de Santos, en asesoría,
inteligencia y capacidad militar para golpear a la insurgencia. Un escenario que
prolongaría aún más la pesadilla de los últimos 50 años.
Por
esas razones se tienen que consolidar los diálogos de La Habana: que no se queden
en el análisis de los hechos propios del conflicto, que le han permitido al
gobierno y a la fuerza pública mejorar sus condiciones militares y, sobre todo,
que no se generen opciones para que la ultraderecha los obstaculice.
EE.UU ha
participado directamente en el conflicto colombiano y creo que en muchas
oportunidades lo azuzaron y que patrocinaron fuerzas oscuras para alimentar el
sangriento escenario de batalla. Lo que afirma el Washington Post es cierto, pero no podemos quedarnos allí y menos convertirlo
en pretexto para entorpecer los diálogos. Por el contrario, acabar el conflicto
es a la vez una oportunidad para cerrarles el camino a esas prácticas intervencionistas.
Pero
también hay que decir y creer que existe un ambiente distinto en los EE.UU. y en
otros países para apostarle decididamente al proceso de paz y acompañar a los
colombianos en la ruta de la reconciliación.
NOTA:
La autorización del Gobierno de Santos para que el cantante de las Farc,
Julián, se vincule como negociador de las farc en la Habana, no debería
extrañar a nadie. Quien autorizo, en su momento, la salida de cárcel de Granda?
Así han sido muchos otros casos, propios de estos procesos,
que exigían esa determinación.
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