SIN RODEOS
Lecciones aprendidas
Por
Jaime Fajardo Landaeta
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JaimeFajardoLan
El anuncio de la posible apertura de una mesa
de diálogo con el ELN, con la colaboración de personas tan conocedoras de esa
organización como el doctor Horacio Serpa, nos mueve a señalar aspectos que se
deben tener en cuenta para evitar tropiezos futuros.
Para
empezar, los negociadores por parte del Gobierno deben dejar en claro
condiciones, tiempos, metodología y sentido de una agenda encaminada a ponerle
fin al conflicto armado con esa organización. Pero me parece que es imperativo
exigir la liberación inmediata de todos los secuestrados.
Para
garantizar el éxito del proceso se deben evitar los excesos de protagonismo que
hoy derrochan las Farc en la Habana, y asegurarse de que la opinión pública
entienda que la agenda está orientada al logro de la desmovilización de esa
agrupación y su inserción en la vida política del país.
Se
deben revisar con cuidado los pasados diálogos con el ELN y analizar las causas
de las rupturas. Con el gobierno anterior se avanzó bastante, pero al momento
de las definiciones faltó voluntad para concretar un acuerdo de paz. Como
resultado, en parte, se produjeron las desvinculaciones de los voceros de dicha
estructura guerrillera Francisco Galán y Felipe Torres.
La
mesa de diálogo con las Farc ya tiene su propio ritmo y autonomía y si bien
pueden existir aspectos coincidentes en la negociación con el ELN, es muy
afortunada la decisión de mantenerlas separadas para que no se estorben entre
sí o en relación con las dinámicas y objetivos propuestos.
Además,
es preciso resaltar los aspectos que le dan fortaleza y sentido de oportunidad
a la negociación en ciernes: permitiría acercar a muchos países amigos para que
apoyen el proceso y le impriman una connotación de compromiso internacional hacia
el fin del conflicto en Colombia, abriría un necesario debate nacional sobre el
tema de los hidrocarburos y su explotación, se podría concertar con precisión el
mecanismo de refrendación de los acuerdos, y por último se pondría la lupa en
las zonas con presencia histórica del ELN para que gobernaciones y alcaldías se
comprometan con el proceso.
Opiniones
emitidas por esa guerrilla aluden a que el diálogo se produzca sin condiciones ni
temas vedados. Aunque se deben escuchar todas las propuestas, al momento de
definir la instalación de la mesa tienen que existir unas condiciones mínimas
que definan y delimiten su sentido y objetivos. ¿Si así se procedió con las Farc
cómo no hacerlo con el ELN?
Po
último, reitero que no le queda bien a esa guerrilla, ni al Gobierno Nacional, iniciar
acercamientos solo porque se produjo la liberación de un extranjero, mientras
algunos colombianos siguen secuestrados. En Antioquia tenemos el caso del ingeniero
forestal León Andrés Montes Ceballos, sobre el cual esa guerrilla guarda un mortificante
silencio, a pesar de la movilización ciudadana y de las múltiples voces que
reclaman por su libertad, entre ellas la del gobernador, las de muchos alcaldes,
líderes y medios de comunicación de la región.
NOTA:
Mal le hace a nuestro sistema democrático el expresidente Uribe, al reaccionar,
con demanda penal en mano, al ser enviada una petición de investigación, a la
comisión de acusaciones de la cámara de representantes, por parte de un
magistrado de un tribunal de Medellín.
Así no se obra!!
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