20 de noviembre de 2012

ALGUNOS DISTRACTORES




SIN RODEOS

Algunos distractores

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

e-mail: fajardolan@une.net.co

Soy reiterativo: se deben guardar las proporciones en relación con lo que quieren hacer y definir los actores externos al proceso de paz que apenas se inicia.

Vuelven al tapete discusiones relativas a cuál debe ser la participación de la sociedad civil, la opción de una tregua navideña, número adicional de delegados en la mesa de negociación, y hasta se intenta que Gobierno y Farc adopten temas adicionales a la agenda acordada.

Estoy convencido de la importancia que tiene la participación de la sociedad civil en estos diálogos, pero sin exagerar en peticiones y exigencias. Las decisiones deben mantenerse en las manos y bajo la dirección de las partes. Cosa distinta es que se generen mecanismos e instancias externas para recoger las iniciativas, y que éstas puedan ser evaluadas y aceptadas o rechazadas por ellas. Pero también hay exceso de protagonismo en determinadas organizaciones o personalidades que dicen representar a la llamada sociedad civil, sin que con ello se excluya la necesidad de un permanente y generalizado apoyo al proceso.

Salir ahora a pedir participación directa en los diálogos es otro distractor que en nada favorece el avance de las conversaciones. De este argumento echa mano la guerrilla, con alguna frecuencia, en la creencia de que así se convierte en representante idónea de la sociedad civil, a tiempo que le sirve para tratar de alterar la agenda.

Con igual prevención se debe mirar la propuesta de una tregua navideña. Aunque es de aplaudir que las Farc la hayan declarado de manera unilateral –ojalá cumplan- no se trata de exigirla bilateral, pues podría convertirse en un arma de doble filo, útil solo para bajar la guardia de la fuerza pública. Ésta debe mantenerse en alto mientras se llega a un cese de hostilidades que permita poner fin al conflicto armado.

Es muy conveniente ganar simpatía y respaldo nacional e internacional, pero también deben definirse con claridad el nivel y los mecanismos de su concreción. El manejo y los alcances de la agenda deben ser guardados y resueltos con cautela y madurez por parte de ambos bandos.

Lo que sí me parece necesario es recoger la solicitud del gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, para que los negociadores del Gobierno informen a los mandatarios locales los avances de la negociación, e incluso para que participen en la resolución de asuntos de carácter regional y local. Se evitará así lo sucedido en el proceso con las AUC, cuando solo se acudió a ellos cuando estuvo finiquitado, para entregarles un cúmulo de responsabilidades que solo competían al gobierno nacional. Fácil expediente para eludirlas.

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