SIN RODEOS
Un tropiezo
esclarecedor
Por Jaime A. Fajardo Landaeta
e-mail: fajardolan@une.net.co
Twiter: @JaimeFajardoLan
Es
como si hubiese caído un balde de agua de la gélida Oslo sobre muchos colombianos
que guardaban la esperanza de que el proceso de paz se consolidara de una vez,
en esa ciudad. Todo por cuenta de la intervención de Iván Márquez, en nombre de
las Farc, al formular su posición en las negociaciones.
Sin
referirse a los temas de la agenda, se mostraron petrificadas en el tiempo. Es
claro que para que llegaran a la mesa de negociaciones no se exigía que
renunciaran a sus postulados políticos, sino que reconocieran con seriedad que
su proyecto es inviable por la vía de las armas. Además, que aludieran al
temario acordado y en ese contexto señalaran qué derrotero podíamos esperar.
Aunque
mirando con más cautela, creo que la importancia de lo sucedido radica en la
reafirmación de que este proceso requiere más polo a tierra. Con la actitud de
las Farc es evidente que los representantes del gobierno deben hacer derroche
de una gran capacidad para encarrilar la agenda, mientras que la comunidad
internacional deberá ejercer presión para que la contraparte “aterrice”.
Es
entendible que los negociadores de las Farc aprovecharan para enviar un mensaje
a unas bases que han sido cultivadas con la promesa del triunfo insurreccional.
Lo que nos demuestra también que hubo otros factores que jugaron decididamente
en la construcción de la agenda en la primera fase de exploración, y que de
pronto ahora se necesita de nuevo su intervención.
La
pretensión no es negociar el ideario político de la guerrilla. Es más, si se desmoviliza,
muchos sectores sociales le apostarían a su proyecto. Pero es preciso acordar
los términos en los cuales se debe poner fin al conflicto armado, gestión que
requiere más sinceridad de su parte, y hacer gala de mucha pericia en las
próximas rondas.
Ahora
bien, es inútil alegar que el problema es de tiempo o de complejidad del
proceso; resulta más productivo señalar sin ambigüedades cuáles son las
iniciativas de cada actor dentro de la agenda, y bajo qué parámetros se
avanzaría hacia la desarticulación de la fuerza armada y hacia su conversión en
un proyecto alternativo para muchos colombianos.
El
gobierno debe sostenerse en los postulados que lo condujeron a la mesa y
mantener firme el diseño de la negociación. Las palabras del ex vicepresidente
Humberto de la Calle, en respuesta a Márquez, no dejan dudas al respecto.
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