31 de agosto de 2012

UN DIÁLOGO INELUDIBLE


SIN RODEOS

Un diálogo ineludible

 

Por Jaime A. Fajardo Landaeta

Twiter: @JaimeFajardoLan

Que siendo tan atroz el accionar de las Farc, ¿para qué dialogar con ellas? Que si persisten en la siembra de minas antipersonal, en reclutar niños para el combate, en atentar contra la población civil mediante el asesinato y el secuestro, en traficar y extorsionar, ¿por qué buscar acercamientos con miras a un posible diálogo? Las preguntas de este tenor, al igual que las críticas, van en aumento por parte de los opositores a la salida negociada.

Precisamente: se trata de explorar cómo cortar de raíz con esta zozobra, a tiempo que se admite que por la vía militar nunca se alcanzará este objetivo. Aunque se intensifique la confrontación, el Gobierno tendrá que insistir en la búsqueda de unos diálogos que propicien la tregua o el cese al juego, mientras se define la agenda global que ponga punto final al conflicto armado en nuestro país.

Dicen algunos ilusos que el problema con las Farc es que se ha cedido mucho en el campo de la seguridad y que se descuidó la política que al respecto trazó el expresidente Uribe. Afirmación falsa, porque la seguridad democrática también se agotó en determinado momento y la guerrilla logró asimilar los golpes recibidos. Ésta tampoco logrará sus objetivos de conquista del poder por la vía militar.

Hay que volver a explorar las vías del diálogo, teniendo en cuenta que tanto el país como el presidente Santos saben que es imposible repetir los errores del pasado. Además, las Farc no están en condiciones de volver a engañar a los colombianos, y deben ser conscientes de que no pueden jugar con la oportunidad que el Gobierno les ofrece. Ahora bien, es un deber de todos los compatriotas cerrar filas alrededor de Santos en relación con el tema, dejando de lado los intereses mezquinos que a veces se interponen para lograr la anhelada concordia.

No es fácil concretar un proceso que sea transparente, que aborde los asuntos más sensibles y focales para liquidar el conflicto armado, que defina con nitidez las reglas de juego y que busque salidas a problemas como el del narcotráfico y los otros arriba mencionados, por lo cual se requiere del apoyo ciudadano.

Por ahora el manejo cauteloso, reservado y sin show mediático, que se le ha dado a los acercamientos, es una muestra de la capacidad de estadista del Presidente Santos y de la cordura de las Farc frente a él.

Y debemos hacernos a la idea de que mientras no esté firmado un cese de hostilidades, o no se defina el marco sobre el cual se frene la confrontación, ésta se mantendrá con su carga de terror. Urge saber que solo en medio de la guerra se logra el entendimiento y se aceptan sus facetas, así suene dura esta teoría. Bienvenidos pues los acercamientos anunciados: ojalá que las partes estén a la altura de las expectativas creadas.

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