SIN RODEOS
Gama de opositores
Por Jaime
A. Fajardo Landaeta
e-mail: fajardolan@une.net.co
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@JaimeFajardoLan
El abanico de sectores reacios a un acuerdo con las Farc
lo integran: el de algunas de las víctimas no reparadas, no atendidas y sin acceso
a la verdad, que espera satisfacción en esos aspectos para cambiar de actitud.
Grupo importante y mayoritario que se puede ganar en favor del proceso, pero
que dependerá de la actitud que frente a las víctimas asuman las farc.
El que ha sufrido la pérdida de seres queridos en
medio del conflicto y es tal el sentimiento de rechazo a la guerrilla, que
podría llegar a agredir a quienes defienden la negociación, pues sólo quieren ver
aniquilados a los victimarios. Desafortunadamente al frente de la entidades que
los agrupan están personas que solo desean el exterminio y la confrontación,
pero también se debe reconocer que existen personas o gremios que
definitivamente no creen en los acuerdos de paz, en la guerrilla o en el
gobierno.
El que recoge a ciertos empresarios, ganaderos, terratenientes y
políticos (que no representan una fracción mayoritaria pero tienen capacidad de
influencia en la población): sector que rechaza los diálogos porque aparte de
los errores de las Farc, ha participado directamente en el conflicto pero busca
pasar desapercibido a la hora de esclarecer la verdad. Sabe que con la construcción
de la memoria histórica quedarán en evidencia, algunos de ellos, como financiadores
de grupos ilegales, principalmente de extrema derecha, inspiradores de
desplazamientos forzados, de robos de tierras a campesinos o responsables de
masacres y asesinatos. Por ello busca torpedearlo, al tiempo que posa como defensor
de la justicia, luchadores contra la impunidad y trata de hacer ver que la
responsabilidad es sólo de los guerrilleros.
Sus integrantes han sido detentadores del poder en
todos los niveles, trabajan por tergiversar cada paso que se da en Cuba, a diario
echan a rodar falacias y son iracundos defensores de su líder y ejecutantes
ciegos de sus órdenes. Al contar con la complicidad de algunos militares,
principalmente retirados, tienen acceso a información de inteligencia privilegiada
que utilizan para amenazar la institucionalidad y la seguridad nacional,
deslegitimar el proceso de paz y pretender que miembros activos de nuestras FF.
MM. se subleven ante el Presidente y se desconozca nuestro Estado de derecho y
la Constitución que nos rige. Han fallado en sus pretensiones al incurrir en grandes
errores, pero sobre todo porque ha sido acertado el manejo de los diálogos; aun
así, no cesarán en sus propósitos.
Para mantener la iniciativa frente a este pequeño
sector de la extrema derecha colombiana se debe señalar a tiempo cada movida
estratégica que haga, profundizar la confianza ciudadana en el proceso en
marcha, ejecutar acciones que desestimulen el conflicto como el desminado y
consolidar un mayor respaldo internacional. El Gobierno debe saber aislarlo de
los primeros sectores descritos, y tratar de ganar a éstos en el apoyo a los
acuerdos. Esperemos que con el anuncio del papa Francisco de apoyar el proceso
de paz y de viajar el próximo año a Colombia, algunos de ellos recapaciten y cambien
de opinión. No sea que ahora les dé por acusar al papa de simpatizante del “castro
- chavismo”.
Por eso se equivocan algunos columnistas al no
diferenciar claramente a estos sectores. El último en mención no solo expresa
puntos de vista y diferencias frente al proceso, de fondo pretenden el desmonte
de los diálogos y mantener los ataques sin fundamento.
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